Tarjetas de Crédito en Colombia 2025: Navegando entre Oportunidad y Riesgo
CONTENIDO:
- La Tarjeta de Crédito en Colombia 2025: Un Entorno de Tasas Volátiles y Opciones Diversas
- Beneficios Tangibles: Más Allá del Simple Financiamiento
- Puntos y Cashback: Recompensas por cada Compra
- Millas Aéreas y Salas VIP: El Privilegio de Viajar
- Compras Internacionales: Seguridad y Conveniencia Sin Fronteras
- Construyendo Futuro Financiero: El Rol del Historial Crediticio
- La Doble Cara de la Moneda: Desventajas y Riesgos del Mal Manejo
- Tasas de Interés Elevadas y el Engaño del "Pago Mínimo"
- El Peligroso Ciclo de Endeudamiento Múltiple
- Deterioro del Historial Crediticio por Mora
- Estrategias a Medida: Productos Personalizados en el Mercado Colombiano
- Tarjetas para Construcción de Historial Crediticio
- Tarjetas Premium y Especializadas: Exclusividad y Recompensas
- Tasas Diferenciadas según el Perfil de Riesgo
- Navegando el Crédito: Consejos Prácticos para el Consumidor Financiero
- Conclusión: La Tarjeta de Crédito, una Herramienta, Nunca un Destino
- Guía Completa de Tarjetas de Crédito: Todo lo que Necesitas Saber
El mercado de tarjetas de crédito en Colombia vive un momento de particular efervescencia. A junio de 2025, la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) reportaba un impresionante total de 17,17 millones de tarjetas de crédito en circulación, de las cuales 15 millones se mantenían vigentes, evidenciando la penetración de este instrumento en la cotidianidad financiera de millones de colombianos. Este panorama, sin embargo, no es estático: la emisión de nuevas tarjetas experimentó un crecimiento del 59% durante el primer semestre del año en comparación con el mismo período de 2024, señal de una clara recuperación en el acceso al crédito de consumo tras contracciones previas.
Los datos del Banco de la República complementan esta visión, al indicar que la cartera de consumo, que constituye aproximadamente el 28% del crédito total del país, ha iniciado un camino de recuperación gradual. Tras descensos de dos dígitos en 2023, la reducción fue de apenas 3,7% a junio de 2025, con sólidos indicios de reversión de la tendencia negativa. En total, 9,5 millones de colombianos acceden a créditos de consumo, y específicamente en tarjetas de crédito, la cartera vencida mostró una contracción del 33,6% en el mismo período, situando los indicadores de calidad por mora por debajo del promedio de los últimos cinco años. Este contexto macroeconómico, marcado por una disminución de 13,5 puntos porcentuales en la tasa de interés de los desembolsos de consumo entre abril de 2023 y junio de 2025, ha mejorado significativamente las condiciones para el acceso al crédito.
La Tarjeta de Crédito en Colombia 2025: Un Entorno de Tasas Volátiles y Opciones Diversas
La tasa de usura, ese límite infranqueable para los intereses que pueden cobrar las entidades financieras, ha sido un actor principal en la dinámica del crédito de consumo durante 2025. Para octubre de 2025, la Superintendencia Financiera certificó una tasa de usura de 24,36% efectivo anual (E.A.) para créditos de consumo y ordinarios. Aunque representó una reducción de 65 puntos básicos respecto a septiembre, su volatilidad a lo largo del año –oscilando entre 24,36% y 25,97%– refleja la sensibilidad del mercado a factores como la sostenibilidad fiscal, las presiones inflacionarias y la política monetaria del Banco de la República, que ha mantenido su tasa de referencia en 9,25% desde septiembre.
Este escenario de tasas, aunque en descenso, sigue siendo un factor crítico para millones de usuarios. He cubierto casos donde pequeños cambios en la tasa de usura han significado miles de millones de pesos en ahorros o costos adicionales para el bolsillo de los consumidores. La realidad es que, mientras los beneficios de las tarjetas son palpables, los riesgos asociados a una gestión irresponsable son igualmente significativos, afectando la estabilidad financiera de las familias colombianas.
Beneficios Tangibles: Más Allá del Simple Financiamiento
Las tarjetas de crédito modernas ofrecen mucho más que una línea de financiación. En un mercado competitivo como el colombiano, los programas de lealtad se han consolidado como un diferenciador clave, permitiendo a los usuarios convertir sus gastos cotidianos en valor añadido. Desde acumulación de puntos hasta acceso exclusivo a servicios, estos incentivos buscan fidelizar al cliente y premiar su consumo.
Puntos y Cashback: Recompensas por cada Compra
La mayoría de las instituciones financieras, incluyendo gigantes como Bancolombia, BBVA y Davivienda, operan sistemas de acumulación de puntos por cada transacción. Bancolombia, con su programa "Puntos Colombia", permite canjear estas recompensas en una vasta red de almacenes aliados, o convertirlos en viajes, hoteles y experiencias. Estos puntos no son solo un detalle; representan una devolución efectiva sobre el gasto, particularmente atractiva en categorías de alto consumo.
Millas Aéreas y Salas VIP: El Privilegio de Viajar
Para el viajero frecuente, las tarjetas de crédito son una puerta a beneficios exclusivos. Itaú, con su programa "Mi Itaú Viajes", ofrece la acumulación de dos millas por cada dólar facturado y generosos bonos de bienvenida. Banco de Bogotá y Banco de Occidente, a través de su tarjeta LATAM Pass Visa Gold, escalan la acumulación a 1,6 millas por dólar en compras internacionales, con bonos que pueden alcanzar las 4.500 millas. Scotiabank Colpatria, con su Avianca Lifemiles, permite acumular hasta 2,4 millas por dólar.
Pero el beneficio no termina en las millas. Tarjetas premium, como la BBVA Mastercard Black, otorgan diez ingresos anuales gratuitos a salas VIP de aeropuertos para el titular y un acompañante a través de Mastercard Airport Experience. Los tarjetahabientes de Avianca Lifemiles de Scotiabank Colpatria disfrutan de cuatro accesos anuales gratuitos a las salas VIP de Avianca. Francamente, estos beneficios representan un ahorro considerable, que oscila entre 26 USD y más por cada acceso, multiplicándose rápidamente con el uso regular. ¿Ha imaginado convertir sus compras diarias en experiencias de viaje más cómodas y exclusivas?
Compras Internacionales: Seguridad y Conveniencia Sin Fronteras
Las tarjetas de crédito se han erigido como el instrumento por excelencia para las transacciones en el extranjero. Su aceptación global, respaldada por franquicias como Visa, Mastercard y American Express, elimina la necesidad de manejar grandes cantidades de efectivo. La conversión de moneda se realiza automáticamente al tipo de cambio del momento, simplificando la experiencia de compra en hoteles, restaurantes, tiendas o en línea.
Además de la comodidad, la seguridad es un pilar. A diferencia del efectivo, una tarjeta perdida o robada puede bloquearse al instante, protegiendo al usuario de transacciones fraudulentas. La mayoría de los bancos ofrecen cobertura contra fraude, limitando la responsabilidad del titular si reporta el incidente a tiempo. Sin embargo, es crucial recordar que las compras internacionales conllevan costos adicionales: comisiones por transacciones y márgenes operativos en las tasas de cambio. Y, un detalle importante: desde marzo de 2019, las compras internacionales generan intereses desde el día de la compra si no se pagan en la fecha de vencimiento, a diferencia de las compras nacionales que disfrutan de un período de gracia. Es un matiz que puede costar millones si no se tiene en cuenta.
Construyendo Futuro Financiero: El Rol del Historial Crediticio
En Colombia, el 93% de las personas con deuda formal exhiben un comportamiento crediticio positivo, una cifra que resalta la importancia de la "hoja de vida financiera" para el acceso al sistema. El historial crediticio, registrado por centrales de riesgo como DataCrédito, TransUnion y Procrédito (todas bajo la lupa de la Superintendencia Financiera), es el pilar sobre el cual se construyen oportunidades financieras.
Un historial crediticio sólido, forjado con el uso responsable de las tarjetas de crédito, abre las puertas a condiciones de crédito más ventajosas. Los clientes con un buen registro acceden a préstamos con tasas de interés más competitivas, pueden financiar vivienda o educación, y obtienen una mayor oferta de productos personalizados. En un mercado donde las tasas de interés para consumo oscilan entre 14,2% y 18,2% según el perfil del cliente (con Itaú liderando con 14,2% E.A. para los mejores perfiles), un historial impecable marca la diferencia entre pagar menos o más por su dinero prestado. He visto cómo la buena reputación crediticia transforma la vida de las personas, permitiéndoles alcanzar metas que de otro modo serían inalcanzables.
Construcción Gradual y Consecuencias de la Negligencia
La buena noticia es que construir un historial crediticio ya no exige garantías tradicionales. Puede comenzar con una cuenta de ahorros, servicios pospago o, de manera efectiva, con una tarjeta de crédito. El pago puntual, incluso de la cuota mínima, genera un registro positivo que se acumula. Sin embargo, la otra cara de la moneda es sombría: un historial negativo, marcado por pagos atrasados o incumplidos, persiste en los registros y restringe drásticamente el acceso a futuro crédito, imponiendo tasas de interés más altas y menores montos. Los reportes negativos pueden mantenerse hasta el doble del tiempo que tardó la deuda en regularizarse, lo que en algunos casos significa años de restricción financiera.
La Doble Cara de la Moneda: Desventajas y Riesgos del Mal Manejo
A pesar de sus innegables beneficios, el uso imprudente de las tarjetas de crédito es una senda peligrosa que cada año afecta la estabilidad financiera de miles de colombianos. La clave está en comprender los riesgos y gestionarlos activamente.
Tasas de Interés Elevadas y el Engaño del "Pago Mínimo"
La volatilidad de la tasa de usura en 2025, aunque con una tendencia a la baja, subraya un riesgo persistente: las tarjetas de crédito son uno de los créditos más costosos del mercado. Una deuda de $1.000.000 de pesos con una tasa del 25% efectivo anual, pagando solo el mínimo mensual (que suele ser entre 2% y 5% del saldo), puede tardar más de 5 años en saldarse y terminar costando más del doble del monto original. Este mecanismo del "pago mínimo" es, francamente, una trampa financiera que perpetúa el ciclo de endeudamiento, destinando la mayor parte del pago a intereses en lugar de reducir el capital. La Superfinanciera ha insistido en la transparencia sobre estos costos, pero la responsabilidad final recae en el usuario.
El Peligroso Ciclo de Endeudamiento Múltiple
Una de las prácticas más perniciosas es intentar financiar una tarjeta de crédito con otra. Estudios especializados en finanzas personales documentan que esta práctica puede disparar los gastos totales hasta en un 60%, y si se recurre a entidades no bancarias, los intereses pueden escalar al 100% anual. Esta estrategia genera una falsa sensación de liquidez, donde el usuario cree tener más dinero disponible cuando, en realidad, solo está transfiriendo y acumulando deuda. Las entrevistas con usuarios revelan que muchos caen en este ciclo por desesperación, sin calcular el costo real a largo plazo.
Deterioro del Historial Crediticio por Mora
Los pagos atrasados no solo generan intereses moratorios (certificados en 24,36% E.A. para octubre de 2025, aunque pueden variar por política bancaria), sino que dejan una huella negativa imborrable en las centrales de riesgo. Aunque la cartera vencida de consumo en Colombia ha mejorado, con una contracción del 28,7% a junio de 2025, sigue siendo un riesgo latente para el sistema financiero y, por supuesto, para el individuo. Un historial manchado es una barrera que puede costar años superar.
Estrategias a Medida: Productos Personalizados en el Mercado Colombiano
El mercado ha evolucionado para ofrecer soluciones que se adaptan a diversos perfiles financieros, reconociendo que no todos los usuarios tienen las mismas necesidades o el mismo punto de partida crediticio. La era de la tarjeta "talla única" ha terminado.
Tarjetas para Construcción de Historial Crediticio
Con aproximadamente el 65% de los colombianos sin acceso al crédito formal, la inclusión financiera se ha vuelto una prioridad. Instituciones como Nubank han respondido con productos como la tarjeta NuControl, diseñada para personas que construyen su historial por primera vez, ofreciendo cuotas de manejo bajas y tasas diferenciadas. Nubank reporta aprobar entre el 40% y 60% de solicitudes para este producto, una cifra significativamente mayor al 15% que aprueba para su tarjeta tradicional. También ofrecen la tarjeta Morada Abrecaminos, que funciona con un depósito de respaldo, otorgando un cupo equivalente al monto ahorrado en la Cuenta de Ahorros Nu. Esto demuestra un esfuerzo real por cerrar la brecha crediticia.
Tarjetas Premium y Especializadas: Exclusividad y Recompensas
Para usuarios con mayores ingresos y patrones de consumo específicos, la oferta se complejiza. Las categorías Oro, Platinum y Black no solo otorgan un mayor cupo, sino beneficios escalonados: puntos acelerados (como los 3 puntos por dólar de la BBVA Mastercard Black), acceso a salas VIP, tiquetes gratis y seguros de viaje. La cuota de manejo, a menudo exonerada por los primeros meses, se justifica por este valor añadido.
Además, bancos como Scotiabank Colpatria han lanzado tarjetas especializadas: para viajes, con acumulación de millas acelerada; para compras, con cashback directo; y para comercio electrónico. Esta segmentación permite que cada consumidor elija un producto que maximice los beneficios en función de sus hábitos, evitando pagar por servicios que no utilizará.
Tasas Diferenciadas según el Perfil de Riesgo
Aunque todas las entidades deben respetar la tasa de usura, muchos bancos aplican metodologías de scoring sofisticadas para ofrecer tasas de interés diferenciadas. Itaú, por ejemplo, se destaca con la tasa promedio ponderada más baja del mercado, en 14,2% E.A. para consumo, frente a un promedio de la industria de 17,41% E.A. Esto subraya la importancia de mantener un buen perfil crediticio, ya que se traduce directamente en un menor costo financiero.
Navegando el Crédito: Consejos Prácticos para el Consumidor Financiero
Convertir la tarjeta de crédito en un aliado y no en una pesadilla financiera requiere disciplina y conocimiento. Los expertos en finanzas personales y la propia Superintendencia Financiera coinciden en varias prácticas fundamentales.
- Realice Compras a Una Sola Cuota Siempre que Sea Posible: Este es el consejo de oro. Use la tarjeta como un medio de pago, no como un mecanismo de financiación. Así, disfrutará de un período de gracia de 20 a 30 días sin incurrir en intereses. Solo difiera pagos si hay promociones de cuotas sin interés, lo que, francamente, es raro fuera de algunas campañas específicas.
- Establezca un Presupuesto Mensual Dedicado: Antes de gastar, defina cuánto puede pagar realmente en la fecha de vencimiento. Confundir el "límite de crédito disponible" con "dinero disponible para gastar" es el primer paso hacia el sobreendeudamiento.
- Mantenga Saldos Bajos de Endeudamiento: Los expertos recomiendan no utilizar más del 30% de su límite de crédito disponible. Esto no solo reduce los intereses si no puede pagar el total, sino que también mejora su puntaje crediticio, ya que los operadores de información lo interpretan como un indicador de bajo riesgo.
- Realice Pagos Puntuales en la Fecha Límite: Pagar la totalidad antes de la fecha límite es vital. Los atrasos generan intereses moratorios (del 24,36% E.A. en octubre), comisiones por cobro y deterioran su historial. Un solo día de retraso puede acarrear cargos significativos. Configure recordatorios o pagos automáticos.
- Monitoree Mensualmente su Estado de Cuenta: Revise cada mes el extracto. Identifique transacciones no autorizadas, verifique que los cobros corresponden a sus compras y detecte errores. Reportar irregularidades de inmediato es crucial.
- Evite Disposiciones en Efectivo: Retirar efectivo con su tarjeta de crédito es una de las operaciones más costosas. Genera comisiones inmediatas y los intereses comienzan a correr desde el momento de la transacción. Debe ser un recurso para emergencias absolutas.
- Revisar Cuidadosamente la Anualidad: Muchas tarjetas ofrecen exoneración de cuota de manejo inicial, pero es fundamental saber qué ocurre después. Algunas, como BBVA Aqua en su categoría clásica, mantienen la exoneración, pero otras la reactivan. Evalúe si los beneficios de la tarjeta justifican el costo anual.
¿Cuántas tarjetas de crédito son óptimas? El riesgo de la complejidad
Aunque pueda parecer ventajoso tener múltiples tarjetas, esto concentra riesgos significativos. Cada tarjeta implica diferentes fechas de corte, límites, comisiones y tasas de interés. Un usuario con tres o cuatro tarjetas gestiona múltiples fechas de pago, lo que aumenta el riesgo de olvido o retraso. Un solo impago afecta el historial crediticio completo. ¿Se ha preguntado si realmente necesita cuatro tarjetas para su día a día?
Esta proliferación de plásticos también crea una ilusión de liquidez. Si alguien posee cuatro tarjetas con límites de $2.000.000 cada una, podría percibir que tiene $8.000.000 disponibles, cuando en realidad tiene $8.000.000 en deuda potencial. Esta percepción irreal conduce a gastos impulsivos y no planificados que exceden la capacidad de pago real. Expertos en finanzas del comportamiento han demostrado que las personas gastan más cuando tienen múltiples líneas de crédito. La práctica de usar una tarjeta para pagar el mínimo de otra es una espiral de endeudamiento que, con intereses compuestos, puede prolongar la deuda por años y multiplicar su costo original. Las consultas de múltiples solicitudes de crédito en poco tiempo, además, pueden reducir temporalmente su puntaje crediticio. Expertos en finanzas personales sugieren que 2 o 3 tarjetas bien seleccionadas y administradas constituyen un número óptimo para la mayoría.
Conclusión: La Tarjeta de Crédito, una Herramienta, Nunca un Destino
El panorama de las tarjetas de crédito en Colombia en 2025 es el de una industria resiliente y en recuperación. Con 17,17 millones de tarjetas en circulación, un crecimiento del 59% en nuevas emisiones y una mejora en los indicadores de morosidad, el entorno es más propicio para el acceso responsable al crédito. La tasa de usura, fluctuando pero cerrando en 24,36% E.A. para octubre, marca un referente crucial para el costo del financiamiento.
Los beneficios son innegables: programas de lealtad que transforman gastos en recompensas, la indispensable construcción de un historial crediticio que abre puertas a futuras oportunidades, la comodidad y seguridad en compras internacionales, y una creciente personalización de productos que se adapta a cada perfil de usuario. Estos, sin embargo, solo se materializan cuando el consumidor adopta una disciplina financiera férrea.
Las desventajas —tasas de interés estructuralmente elevadas, el riesgo latente de caer en ciclos de sobreendeudamiento, y el rápido deterioro del historial crediticio por pagos tardíos— son igualmente reales y afectan a miles de colombianos que, lamentablemente, confunden la tarjeta de crédito con una fuente de liquidez ilimitada. Mi experiencia cubriendo el sector me ha mostrado que la diferencia entre una herramienta financiera potente y un lastre reside por completo en el conocimiento y la gestión del usuario.
La recomendación fundamental, entonces, es reconocer la tarjeta de crédito como lo que es: una herramienta poderosa que, utilizada con inteligencia, puede simplificar transacciones, generar recompensas significativas y fortalecer la posición financiera a largo plazo. Pero esta herramienta exige conocimiento, disciplina y una honestidad brutal con las propias finanzas. Realizar compras a una sola cuota, mantener saldos bajos, pagar a tiempo, evitar más de dos o tres tarjetas bien seleccionadas, y revisar el estado de cuenta con rigor no son meras sugerencias; son requisitos indispensables para aprovechar genuinamente las ventajas que estos productos financieros ofrecen. En un país donde 9,5 millones de personas acceden al crédito de consumo y 33 millones de adultos han ingresado al sistema crediticio formal, la responsabilidad individual en el manejo de la tarjeta de crédito es tan crítica para el bienestar personal como para la estabilidad financiera colectiva.





