2025 en Colombia: El Verdadero Impacto de las Tasas de Interés
CONTENIDO:
- ¿Qué Define el Costo del Dinero en Colombia? La Tasa de Interés y su Rol Central
- El Pulso de 2025: Cifras que Marcaron el Ritmo Financiero
- La Carga de la Deuda: Impacto en Hipotecas y Consumo Personal
- Inflación vs. Tasas: El Dilema Económico Colombiano
- Un Respiro Inesperado: El Mercado Laboral como Amortiguador
- Mirando al Horizonte: Proyecciones y Retos para 2026
- Guía Completa sobre Tasas de Interés, Inflación y Créditos en Colombia
El año 2025 se consolidó como un período de alta volatilidad y desafíos significativos para el bolsillo de los colombianos. La tasa de intervención del Banco de la República, ancla de toda la política monetaria, se mantuvo en 9,25% desde abril hasta octubre, tras iniciar el año en 9,5%. Paralelamente, la inflación escaló hasta el 5,2% en septiembre, frustrando la ansiada convergencia hacia la meta del 3%. Entretanto, la tasa de usura para créditos de consumo fluctuó entre el 24,36% y el 26,30% durante gran parte del año, cerrando en 24,99% en noviembre, un indicador que, francamente, puso a prueba la capacidad de pago de hogares y pequeñas empresas. Estas cifras no son meros datos macroeconómicos; se tradujeron directamente en cuotas más elevadas y un acceso al crédito mucho más restrictivo para millones de personas.
¿Qué Define el Costo del Dinero en Colombia? La Tasa de Interés y su Rol Central
Cuando hablamos de tasa de interés, nos referimos al precio de usar dinero ajeno. Es el porcentaje que se paga por un préstamo o el que se gana por una inversión. En Colombia, esta herramienta es la palanca principal que usa el Banco de la República para controlar la inflación, buscando mantener la estabilidad de precios, lo que a su vez impacta el poder adquisitivo de todos. Sin embargo, su ajuste genera una cadena de efectos que repercuten desde las grandes inversiones corporativas hasta el más sencillo crédito de consumo.
Desde mi perspectiva, cubriendo el sector financiero durante años, he visto cómo las decisiones del Banco Central son un delicado equilibrio. Una política monetaria restrictiva, con tasas altas, busca enfriar la economía para contener el alza de precios, pero inevitablemente encarece el crédito, desincentiva la inversión y, en muchos casos, ahoga la liquidez de las familias. Este fue el escenario predominante en 2025, donde la prioridad fue contener una inflación persistente, aunque el costo fuera un crecimiento económico más moderado y una mayor presión financiera para los ciudadanos.
El Pulso de 2025: Cifras que Marcaron el Ritmo Financiero
El Banco de la República inició 2025 con su tasa de intervención en 9,5%, una política que buscaba consolidar la desaceleración inflacionaria. Sin embargo, la persistencia de factores externos y presiones internas llevaron a que, si bien se mantuvo una relativa estabilidad, la meta del 3% de inflación se viera lejana. La tasa de intervención se estabilizó en 9,25% a partir de abril, un nivel que, si bien era alto históricamente, ofrecía una pequeña pausa tras incrementos previos. No obstante, las tasas de interés bancarias para el consumidor final continuaron sintiendo la presión.
Las tasas de interés para créditos de consumo personal, por ejemplo, variaron significativamente. Según datos de la Superintendencia Financiera, se observaron rangos desde el 18.5% hasta picos del 32% EA (Efectivo Anual) para algunos productos. Esta amplitud resalta la importancia de comparar antes de adquirir un compromiso financiero. Por su parte, la tasa de usura, el límite máximo permitido por ley, osciló entre un mínimo de 24,36% y un máximo de 26,30% durante el año, cifras que evidencian la magnitud del costo del dinero en 2025.
“El aumento en las tasas de interés en 2025 realmente me golpeó fuerte. Tuve que ajustar mi presupuesto mensual para cubrir los costos de mis créditos, especialmente en una época donde ya todo era más caro debido a la inflación”, me comentó Juan Pérez, un pequeño comerciante de Bogotá, cuya experiencia es eco de la realidad de muchos. Las fluctuaciones, aunque parecieran marginales en los informes trimestrales, se sentían como un peso adicional en la cuota mensual de su tarjeta de crédito o su préstamo personal.
| Indicador Clave (2025) | Valor o Rango | Impacto Directo |
|---|---|---|
| Tasa de Intervención BR | 9,25% (estable desde abril) | Ancla para las tasas de crédito comerciales y personales. |
| Inflación Anual (Septiembre) | 5,2% | Pérdida de poder adquisitivo, presión sobre el Banco de la República. |
| Tasa de Usura (Consumo) | 24,36% - 26,30% EA | Límite máximo de interés, reflejo del alto costo del crédito formal. |
| Tasas Hipotecarias | 10% - 12,5% EA | Acceso restringido a vivienda, cuotas elevadas. |
Esta tabla sintetiza la atmósfera de cautela y alto costo que se vivió en el mercado financiero colombiano. La Superintendencia Financiera monitoreó de cerca estas variaciones, que eran un termómetro constante de la salud económica del país. Los analistas con los que converso solían coincidir: 2025 fue un año para la contención, no para la expansión crediticia desenfrenada.
La Carga de la Deuda: Impacto en Hipotecas y Consumo Personal
El aumento en las tasas de interés afectó directamente a quienes ya tenían créditos de vivienda, consumo o tarjetas de crédito, y, crucialmente, a quienes buscaban acceder a ellos. Para muchos, este escenario se tradujo en pagar más intereses sobre sus préstamos existentes, haciendo las cuotas mensuales más pesadas y generando una presión adicional en un entorno de inflación generalizada.
En el segmento hipotecario, la situación fue particularmente sensible. Las tasas hipotecarias se mantuvieron en un rango desafiante, fluctuando entre el 10% y 12,5% EA durante 2025. Este nivel limitó drásticamente el acceso a vivienda para miles de familias de ingresos medios. Aunque la cartera hipotecaria creció un 10% interanual, según datos del DANE, las nuevas solicitudes enfrentaron condiciones mucho más restrictivas, con requisitos de endeudamiento y capacidad de pago mucho más estrictos. “Estaba en proceso de comprar un apartamento en Cali, pero cuando empecé a comparar las tasas de interés de inicio de año con las de finales, tuve que repensar toda mi estrategia financiera. Las cuotas eran casi el doble de lo que originalmente había pensado pagar”, relata Santiago Martínez, cuya ilusión de vivienda propia chocó con la realidad de un crédito inalcanzable.
La situación de endeudamiento general alcanzó un punto crítico. Más de 10.600 colombianos se declararon en quiebra en los primeros nueve meses de 2025, un aumento del 53% respecto al año anterior, según Insolvencia Colombia. Esto no es un dato menor; cada cifra representa una historia de lucha y frustración financiera. Aproximadamente 2,5 millones de colombianos fueron expulsados del mercado de crédito formal, viéndose obligados a buscar alternativas en prestamistas informales, donde las tasas de interés pueden escalar hasta un alarmante 382,2% anual, como ha documentado La República. Esta migración forzada hacia el "gota a gota" es una de las consecuencias más preocupantes de un acceso limitado y costoso al crédito formal.
La relación deuda-ingreso (DTI), un indicador que mide el porcentaje de ingresos mensuales destinado a obligaciones financieras, se convirtió en una métrica crítica para los bancos. Las entidades se vieron obligadas a ser más cautelosas, exigiendo un DTI más bajo para la aprobación de nuevos créditos, lo que dejó fuera a una parte considerable de la población que ya lidiaba con ingresos estancados y gastos crecientes. Este escenario no solo afectó a los individuos, sino que también tuvo un impacto en el dinamismo económico general, al reducir la capacidad de consumo e inversión.
Inflación vs. Tasas: El Dilema Económico Colombiano
No podemos entender el comportamiento de las tasas de interés en 2025 sin analizar la inflación. La inflación es el aumento sostenido y generalizado de los precios de bienes y servicios, erosionando el poder adquisitivo del dinero. Para combatirla, el Banco de la República eleva sus tasas de interés, encareciendo el crédito y desincentivando el consumo y la inversión, en un intento por "enfriar" la economía.
Sin embargo, este mecanismo crea un dilema. Si las tasas son demasiado altas, el acceso a los créditos se vuelve restrictivo, frenando el crecimiento económico. Si son demasiado bajas, la inflación puede descontrolarse, afectando aún más el bolsillo de los ciudadanos. En 2025, el Banco de la República se vio en la encrucijada de mantener la estabilidad de precios frente a una inflación que se resistía a ceder, situándose en 5,2% en septiembre, muy por encima de la meta del 3%. Esta persistencia inflacionaria mantuvo las tasas en niveles elevados, generando un "círculo vicioso" para muchos consumidores.
“La inflación me complicó muchísimo la vida; los costos de los productos básicos subieron sin parar, y encima de eso, mis tarjetas de crédito comenzaron a cobrarme mucho más por los intereses. ¡Fue un año difícil!”, me cuenta Laura Gómez, madre cabeza de familia en Barranquilla. Su testimonio subraya la ‘tormenta perfecta’ que enfrentaron muchas familias: precios de alimentos y servicios al alza, mientras el costo del financiamiento para llegar a fin de mes también se disparaba. ¿Le suena familiar esta situación?
Un Respiro Inesperado: El Mercado Laboral como Amortiguador
En medio del panorama desafiante de altas tasas de interés y persistente inflación, el mercado laboral colombiano ofreció una nota de respiro inesperada. La tasa de desempleo bajó a un impresionante 8,2% en septiembre de 2025, el nivel más bajo en 24 años. Durante los primeros nueve meses del año, se crearon aproximadamente 714.000 nuevos empleos, según datos de Telesur. Este dinamismo laboral, en un contexto económico complejo, actuó como un amortiguador crucial para muchas familias.
Este crecimiento en el empleo, aunque no resolvió los problemas de endeudamiento o el alto costo de vida, sí proporcionó una base de estabilidad para una parte significativa de la población. Las personas con ingresos estables tenían una mayor capacidad para afrontar las cuotas de sus créditos, o al menos para no caer en mora. Las entrevistas con directores de bancos revelaban una preocupación constante por el riesgo de crédito, pero también una observación de que, gracias al empleo, el deterioro no fue tan catastrófico como se temía inicialmente. La gente seguía trabajando, y eso, aunque con sacrificios, les permitía seguir pagando.
Sin este repunte en la generación de empleo, la crisis de endeudamiento y la salida de millones de colombianos del mercado formal de crédito podrían haber sido aún más severas, exacerbando las tensiones sociales y económicas. El scoring crediticio, sistema de calificación del historial en una escala de 1-999 puntos, seguía siendo un factor determinante para el acceso a financiamiento, y la estabilidad laboral fue clave para mantener un buen puntaje para quienes lograron conservarlo o mejorarlo.
Mirando al Horizonte: Proyecciones y Retos para 2026
Con el cierre de 2025, las miradas se posaron en las proyecciones para el año siguiente. Los analistas de BBVA Research estiman que la tasa de interés de referencia del Banco de la República podría descender a 8,5% en 2026, acompañada de un crecimiento del PIB del 2,7%. Si bien esta proyección sugiere un alivio gradual, la inflación aún se proyecta en un rango de 4,1% a 4,3% para 2026, según Bancolombia, lo que todavía está por encima de la meta de largo plazo del 3%. Esto significa que el costo de vida seguirá siendo una preocupación central.
Para los colombianos, estas proyecciones ofrecen una cautela esperanza. Una eventual reducción de la tasa de intervención podría traducirse en un abaratamiento progresivo del crédito, tanto para consumo como para vivienda, lo que facilitaría la reactivación de la inversión y el consumo. Sin embargo, la persistencia de una inflación por encima del rango deseado implica que el Banco de la República no tendrá un margen amplio para recortes agresivos, buscando evitar un nuevo repunte de precios.
Desde la perspectiva periodística, el reto para 2026 será monitorear si la recuperación económica se traduce en una mejora real de las condiciones de vida, especialmente para aquellos 2,5 millones de colombianos que fueron desplazados al crédito informal. Las instituciones financieras deberán innovar para ofrecer productos más accesibles y justos, y los consumidores deberán seguir siendo diligentes en la gestión de sus finanzas personales, entendiendo que el costo del dinero, aunque baje, siempre será un factor determinante en su bienestar.
Consejos Prácticos en un Entorno de Tasas Volátiles:
- Compare Antes de Endeudarse: Las tasas varían significativamente entre entidades. Use comparadores y no se quede con la primera oferta.
- Entienda la Tasa Efectiva Anual (EA): No se confunda con la tasa nominal mensual. La EA es el costo real del crédito. Con una tasa del 2.5% mensual, el costo efectivo anual alcanza 34.5% EA, superior al promedio del mercado de 28% EA según la Superintendencia Financiera para algunos productos.
- Revise su Historial Crediticio: Un buen historial (scoring crediticio) le abrirá puertas a mejores condiciones.
- Evite el Crédito Informal: Las tasas que manejan, superando el 380% anual, son una trampa de la que es casi imposible salir.
- Presupueste con Realismo: En un entorno de inflación, cada peso cuenta. Ajuste sus gastos y priorice el pago de deudas de alto interés.
En conclusión, 2025 fue un año de aprendizaje forzoso sobre la resiliencia financiera en Colombia. Las tasas de interés, la inflación y el empleo dibujaron un panorama complejo, pero con lecciones valiosas. El periodista financiero que he sido durante años me enseña que entender estos números es el primer paso para tomar decisiones informadas y proteger el patrimonio familiar.





