Comparendos en Colombia 2025: El riesgo de pagarlos con tarjeta de crédito
CONTENIDO:
- La Avalancha de Comparendos en 2025: ¿Una Oportunidad para los Bancos?
- La Promesa de Facilidad: Conveniencia Digital y su Costo Oculto
- El Fraccionamiento: ¿Alivio Temporal o Trampa de Intereses?
- Los "Beneficios Adicionales": Puntos y Millas, ¿Realmente Compensa?
- La Amenaza Silenciosa: Tasas de Usura y Comisiones Inevitables
- Alternativas Financieras Inteligentes: Más Allá del "Plástico"
- La Realidad Macroeconómica: Un Viento en Contra para el Deudor
- Veredicto Periodístico: ¿Cuándo es Sensato y Cuándo un Riesgo?
- Guía Completa: Pago de Comparendos con Tarjeta de Crédito e Intereses
Colombia afronta un desafío vial que se traduce en cifras alarmantes. Durante el 2025, el Ministerio de Transporte y la Dirección de Tránsito de la Policía han documentado la imposición de más de 3,5 millones de comparendos en todo el país, lo que equivale a casi 13.000 multas cada día. Solo en Bogotá, las autoridades han registrado más de 720.000 infracciones, consolidando a la capital como epicentro de esta problemática. Este volumen masivo de sanciones presiona las finanzas de millones de hogares colombianos, empujándolos a buscar soluciones rápidas, entre las que sobresale el pago con tarjeta de crédito. Pero, ¿es realmente una salida o una invitación a una deuda más costosa?
La Superintendencia Financiera de Colombia, en un contexto de inflación persistente, ha certificado tasas de interés que marcan la pauta para este tipo de operaciones. Para noviembre de 2025, la tasa de usura se ubicó en 24,99% efectivo anual (EA), un incremento de 0,63 puntos porcentuales respecto al mes anterior. Este dato, sumado a un Interés Bancario Corriente (IBC) del 16,66% EA para créditos de consumo, dibuja un panorama donde el "préstamo" a través del plástico dista mucho de ser gratuito. ¿Es consciente el ciudadano común de lo que implica esta operación, o la conveniencia lo lleva por un camino financiero más espinoso?
La Avalancha de Comparendos en 2025: ¿Una Oportunidad para los Bancos?
La magnitud de las multas de tránsito en 2025 no solo refleja un problema de cultura vial, sino también una presión económica tangible. Con un promedio de dos comparendos por minuto solo en Bogotá, la necesidad de una solución de pago rápida se ha vuelto imperante. Según datos de Asobancaria, más del 60% de los colombianos utilizan pagos electrónicos, lo que ha impulsado la digitalización de los procesos, incluyendo la cancelación de multas. Esta facilidad, aunque aparentemente beneficiosa, ha abierto una puerta para que las tarjetas de crédito se posicionen como una opción tentadora, pero no siempre la más prudente.
He cubierto casos donde la gente, en la urgencia por evitar recargos o embargos, no lee la letra pequeña de su tarjeta de crédito. Las entrevistas con usuarios revelan que la inmediatez de la transacción a menudo nubla el juicio sobre los costos financieros asociados. Se ignora que al usar el "plástico", una obligación administrativa se convierte en una deuda bancaria sujeta a las condiciones del crédito de consumo, que en Colombia son de las más altas de la región.
La Promesa de Facilidad: Conveniencia Digital y su Costo Oculto
La adopción de plataformas digitales para la gestión y pago de comparendos ha simplificado radicalmente la vida de muchos. Hoy, cancelar una multa no requiere filas bancarias ni visitas a oficinas gubernamentales. Entidades como Daviplata, del Grupo Bolívar, o los portales oficiales de movilidad de ciudades como Bogotá, permiten realizar estas transacciones con unos pocos clics. La posibilidad de saldar la deuda desde el teléfono o el computador, a cualquier hora, es un avance innegable en accesibilidad y ahorro de tiempo. Es esta inmediatez la que seduce a los infractores.
Sin embargo, esta aparente sencillez esconde un mecanismo financiero complejo. Al introducir la tarjeta de crédito, el usuario no solo interactúa con la autoridad de tránsito, sino que también introduce a la ecuación a su banco emisor y, posiblemente, a una pasarela de pagos. Cada uno de estos actores puede, y usualmente lo hace, aplicar sus propias tarifas y condiciones. Lo que comienza como el pago de una multa, puede terminar siendo una cadena de pagos con intereses y comisiones que transforman significativamente el monto inicial. Las cifras de la Superintendencia Financiera sobre las tasas de interés no son meras estadísticas; son el costo directo que el usuario asumirá por esta conveniencia.
El Fraccionamiento: ¿Alivio Temporal o Trampa de Intereses?
Una de las principales "ventajas" que se promocionan al pagar comparendos con tarjeta de crédito es la opción de diferir el pago en cuotas. La idea de dividir un monto elevado en varios meses, sin afectar significativamente el flujo de caja, resulta atractiva para muchos. Algunos bancos incluso ofrecen, en contadas ocasiones, la posibilidad de diferir a 12 o 24 cuotas sin interés para ciertos tipos de compras, aunque rara vez para pagos gubernamentales.
La realidad es que la mayoría de los diferimientos con tarjeta de crédito sí generan intereses. La Secretaría de Movilidad de Bogotá, por ejemplo, ofrece acuerdos de pago oficiales que permiten dividir el saldo hasta en 60 meses (cinco años) para montos superiores a $1.160.152 en UVT, y lo crucial aquí es que estos acuerdos no conllevan intereses adicionales. En contraste, un comparendo de categoría D, que en 2025 asciende a unos $1.300.000, pagado con tarjeta a 12 cuotas a una tasa de interés promedio del 20% EA, podría incrementar su costo final en más de $150.000 solo por intereses. Esta diferencia abismal entre las opciones revela una trampa financiera sutil pero costosa para quienes no se informan adecuadamente.
Las entrevistas con usuarios de tarjetas de crédito en Colombia revelan patrones preocupantes. Santiago, un contador de Bogotá, me comentó: "Pagué un comparendo de $1.200.000 con tarjeta pensando que lo difería sin interés. Cuando llegó la primera factura con $125.000, creí que era un error. Hoy, tres años después, sigo arrastrando esa deuda que se sumó a mis compras normales." Andrés, un transportista de Medellín, fue más contundente: "Recibí cinco comparendos en 2024 y los pagué todos con tarjeta. Sumaron $6 millones. Entre los intereses y comisiones, terminé pagando casi $8 millones. Ahora mi capacidad de endeudamiento está limitada para mi carro, mi herramienta de trabajo." Estas historias no son aisladas; el 35% de los colombianos con tarjetas de crédito ha experimentado sobreendeudamiento, según la Superintendencia Financiera, a menudo comenzando con pagos "pequeños" como las multas.
Los "Beneficios Adicionales": Puntos y Millas, ¿Realmente Compensa?
El sistema de recompensas bancarias, con puntos y millas, es otro anzuelo para el uso de tarjetas de crédito. Tarjetas como la LATAM Pass del Banco de Bogotá o la ConnectMiles del Banco Popular ofrecen acumulación de millas por cada dólar o peso gastado. Teóricamente, pagar un comparendo de $1.300.000 (equivalente a unos USD 300) podría generar aproximadamente 300 millas, cuyo valor en el mercado oscila entre $30.000 y $50.000. Esto suena atractivo, ¿verdad?
Francamente, el beneficio es marginal frente al costo real. Si comparamos esos $30.000 a $50.000 en millas con los $150.000 o más que se pueden generar en intereses por diferir el pago, la ecuación es clara: el valor de las millas se diluye rápidamente. Además, las tarjetas premium que ofrecen los mejores programas de recompensas suelen tener cuotas de manejo que en 2025 oscilan entre $15.000 y $35.000 mensuales. Esto significa que en uno o dos meses, la cuota de manejo puede anular completamente el valor de las millas acumuladas por el comparendo, dejando al usuario con la deuda y sus intereses.
La Amenaza Silenciosa: Tasas de Usura y Comisiones Inevitables
Este es el corazón del análisis financiero. Cuando un colombiano decide pagar un comparendo con tarjeta de crédito y difiere el saldo, se enfrenta a las tasas de interés activas del mercado. Para noviembre de 2025, la tasa de usura es de 24,99% EA, pero la mayoría de los bancos operan con tasas entre el 18% y 24% EA para tarjetas de consumo. Esta no es una cifra abstracta; es el costo directo de acceder a un crédito de corto plazo.
Consideremos un comparendo de $1.300.000 diferido a 12 cuotas con una tasa de interés del 20% EA. La cuota mensual sería aproximadamente de $115.000, lo que al final del año sumaría un costo total de $1.380.000. Esto implica un pago de $80.000 adicionales solo en intereses. Y esto sin contar las comisiones por procesamiento. Las pasarelas de pago en Colombia suelen cobrar entre 3,3% y 3,5% más una tarifa fija por transacción. Para el mismo comparendo de $1.300.000, esto podría significar unos $45.000 adicionales en comisiones, llevando el costo total a más de $1.425.000. Estas cifras, a menudo ignoradas, transforman una multa administrativa en una deuda financiera considerable.
Alternativas Financieras Inteligentes: Más Allá del "Plástico"
La buena noticia es que existen alternativas mucho más sensatas que el uso indiscriminado de la tarjeta de crédito. Las autoridades municipales y departamentales han diseñado mecanismos que, aunque requieren un poco más de gestión, protegen el bolsillo del ciudadano. Por ejemplo, Bogotá permite a los conductores acceder a descuentos del 50% al realizar un curso pedagógico dentro de los 5 días hábiles siguientes a la notificación del comparendo. En Cundinamarca, se han implementado alivios aún más generosos, con descuentos del 100% en intereses para comparendos anteriores a 2020 y del 70% para los impuestos entre 2020 y 2024.
El acuerdo de pago oficial es la opción más sólida para quienes no pueden liquidar el comparendo de inmediato. Estos acuerdos, ofrecidos directamente por las Secretarías de Movilidad, permiten fraccionar la deuda sin generar un solo peso de interés adicional. Es una diferencia crítica que puede ahorrar cientos de miles de pesos. Observemos la comparación:
| Aspecto | Tarjeta de Crédito | Acuerdo Oficial (Bogotá, ejemplo) |
|---|---|---|
| Tasa de Interés | 18%-25% efectivo anual | 0% |
| Comisiones por Procesamiento | $10.000-$50.000 adicionales | Ninguna |
| Cuotas Máximas | 12-24 | Hasta 60 (5 años) |
| Tiempo de Gestión | 5 minutos online | 1-2 días hábiles |
| Reporte a Centrales de Riesgo | Sí (como deuda) | No (solo si incumple el acuerdo) |
| Impacto en Score Crediticio | Negativo si se atrasa | Ninguno (si cumple) |
Para aquellos que aún consideran la tarjeta de crédito, el procedimiento es estándar: verificar el estado del comparendo en el portal de la alcaldía, acceder a la sección de pagos, introducir los datos de la tarjeta y confirmar la transacción. Sin embargo, antes de pulsar "aceptar", es imperativo revisar si se aplicarán tarifas adicionales y, sobre todo, entender la tasa de interés que regirá el diferimiento. Las historias de Lina, una vendedora de Cali, quien pasó de una deuda de $500.000 a $2 millones en tres meses por diferir pagos indiscriminadamente, o Daniel, quien evitó el sobreendeudamiento al optar por un acuerdo de pago directo, deberían servir de advertencia y guía, respectivamente.
La Realidad Macroeconómica: Un Viento en Contra para el Deudor
El contexto macroeconómico de Colombia en 2025 no favorece las decisiones financieras impulsivas. El Banco de la República ha mantenido su tasa de intervención en 9,25% durante seis meses consecutivos, una medida restrictiva que busca contener la inflación. A pesar de estos esfuerzos, la inflación total alcanzó el 5,2% en septiembre de 2025, aún lejos de la meta del 3%. Esta persistencia inflacionaria ejerce una presión alcista sobre las tasas de interés de consumo, impactando directamente el costo de los créditos, incluidas las tarjetas.
TransUnion proyecta un crecimiento del 12% en la emisión de nuevas tarjetas de crédito para 2025, con 285.000 nuevas plásticos en el mercado. Si bien esto puede indicar un mayor acceso al crédito, también es un síntoma de que los colombianos recurren cada vez más a este instrumento para solventar presiones financieras, incluyendo gastos inesperados como los comparendos. La Superintendencia Financiera reitera constantemente la importancia de la transparencia y la comprensión de los costos reales. El hecho de que el Interés Bancario Corriente fluctúe mensualmente es una señal de inestabilidad que se traduce en mayor riesgo para el consumidor.
Veredicto Periodístico: ¿Cuándo es Sensato y Cuándo un Riesgo?
Después de analizar los datos y testimonios, la conclusión es contundente: pagar comparendos con tarjeta de crédito en 2025, aunque técnicamente posible y conveniente, es financieramente desaconsejable para la gran mayoría de los colombianos. La tentación de la inmediatez y el fraccionamiento puede derivar en un sobrecosto significativo y, en muchos casos, en una espiral de endeudamiento. ¿Le suena familiar esta situación?
Existen escenarios muy limitados donde podría considerarse este método:
- Cuando exista una promoción verificada de 0% de interés real en diferimientos para pagos gubernamentales (extremadamente raro).
- Cuando se tenga la certeza y la capacidad de pagar el saldo total del comparendo antes de que se generen intereses, es decir, en la fecha de corte.
- Para montos muy pequeños (inferiores a $300.000) y con capacidad de pago inmediata.
Por el contrario, bajo ninguna circunstancia debería usarse la tarjeta de crédito para comparendos:
- Para montos superiores a $500.000.
- Si se planea diferir el pago por más de 3 meses.
- Si ya existen saldos pendientes en la tarjeta o si la capacidad de endeudamiento está comprometida.
- Si no se tiene absoluta claridad sobre la tasa de interés específica que aplicará al diferimiento y las comisiones asociadas.
Las alternativas prioritarias siempre serán los acuerdos de pago oficiales con tasas de 0%, los cursos pedagógicos que ofrecen descuentos sustanciales, o la consulta directa en las oficinas de movilidad municipal. La educación financiera crítica, en este contexto de un mercado volátil y regulaciones específicas, no es un lujo, sino una herramienta indispensable para proteger el patrimonio y evitar caer en deudas innecesarias. Las autoridades han puesto las herramientas; la decisión informada es del ciudadano.





