CDT y Fiducias en 2025: Claves para una Inversión Inteligente
CONTENIDO:
- El Contexto Económico Colombiano en 2025: Navegando Aguas Inciertas
- Certificados de Depósito a Término (CDT): Seguridad con Rentabilidad Cuestionada
- ¿Qué es un CDT y cómo funciona en 2025?
- Requisitos de Apertura: Accesibilidad con su Dosis de Burocracia
- Rentabilidad: ¿Seductora en Números o Erosionada por la Realidad?
- Beneficios indiscutibles para un perfil específico
- Fiducias: Potencial de Crecimiento con Mayor Complejidad y Riesgo
- ¿Qué es una Fiducia y cuál es su propósito en el mercado actual?
- Rentabilidad de Fiducias: Variabilidad Extrema y Potencial Sin Garantías
- Requisitos y Accesibilidad: Menos formalidad, más evaluación de riesgo
- El Trade-off Fundamental: Ganancias Potenciales vs. Riesgos de Mercado
- Horizonte Temporal: Factor Clave para el Éxito en Fiducias
- Análisis Crítico: ¿Por qué la mayoría elige CDT a pesar del potencial fiduciario?
- La Reforma Tributaria de 2025: Un Factor Disruptor Subestimado
- Escenarios de Aplicación: Cuándo Elegir Cada Instrumento
- Recomendaciones Finales para el Ahorrador Colombiano de 2025
- Guía Completa: Fiducia CDT - Rentabilidad e Inversión en Colombia
La decisión de dónde colocar los ahorros en Colombia se ha vuelto más compleja a mediados de 2025. Mientras el Banco de la República mantiene su tasa de interés de política monetaria en **9,25%**, los Certificados de Depósito a Término (CDT) y las fiducias compiten por la confianza de los colombianos con propuestas fundamentalmente distintas. Los datos oficiales no mienten: la Superintendencia Financiera reportó que para julio de 2025, **$337,9 billones** estaban invertidos en CDT, captando el doble de inversores que los Fondos de Inversión Colectiva (FIC) y los fondos de pensiones voluntarias, que suman aproximadamente 950.000 personas.
Sin embargo, esta abrumadora popularidad no siempre se traduce en la mejor opción para todos los perfiles de ahorro e inversión. Especialmente en un entorno de persistente incertidumbre macroeconómica, donde la rentabilidad real de cualquier instrumento financiero enfrenta presiones considerables, es crucial analizar más allá de la percepción generalizada.
El Contexto Económico Colombiano en 2025: Navegando Aguas Inciertas
Antes de sumergirnos en los detalles de cada instrumento, es indispensable entender el escenario económico que moldea su desempeño. La economía colombiana experimenta una expansión moderada, con el PIB proyectado para crecer un **2,5% en 2025**, según BBVA Research. Esta cifra, aunque positiva, se sitúa por debajo de las proyecciones iniciales y del 3,0% del Banco Mundial, evidenciando una desaceleración respecto a años anteriores.
Más preocupante aún es la persistencia inflacionaria. Aunque la inflación ha descendido de sus picos de 2023, en agosto de 2025 se ubicó en un **5,1%**, superando las expectativas del Banco de la República. Las proyecciones indican un cierre de año entre 5,0% y 5,1%, lo que marcaría el quinto año consecutivo sin alcanzar la meta del 3%. Esta realidad tiene un impacto directo y a menudo subestimado en la rentabilidad real de cualquier inversión. ¿Se ha preguntado cuánto vale realmente su dinero ganado después de restarle la inflación y los impuestos?
El Banco de la República, por su parte, mantuvo la tasa de política monetaria en 9,25% en su reunión de septiembre de 2025. Esta postura refleja una cautela frente a riesgos inflacionarios y vulnerabilidades fiscales, a pesar de señales de desaceleración global. Además, el peso colombiano ha experimentado una apreciación superior al **12% frente al dólar** en 2025, lo que favorece las importaciones pero genera desafíos para los exportadores y limita la rentabilidad en ciertos sectores.
Certificados de Depósito a Término (CDT): Seguridad con Rentabilidad Cuestionada
¿Qué es un CDT y cómo funciona en 2025?
Un Certificado de Depósito a Término es un título valor de renta fija, esencialmente un préstamo que un inversionista otorga a una entidad financiera autorizada. Según la regulación de la Superintendencia Financiera, la entidad se compromete a devolver el capital más los intereses acordados al vencimiento del plazo. A diferencia de una cuenta de ahorros, el dinero en un CDT queda inmovilizado durante un periodo preestablecido, lo que justifica una tasa de interés superior.
Al 20 de octubre de 2025, la Superintendencia Financiera de Colombia reporta una diversidad notable en las tasas de CDT. Para plazos cortos (30-89 días), las tasas varían entre **6,19% y 11,20% Efectivo Anual (E.A.)**. A 90 días, los rangos oscilan de 6,19% a 12,00% E.A. Para plazos intermedios de 180 días, se encuentran entre 5,82% y 11,90% E.A. Finalmente, el plazo más popular, **360 días**, presenta tasas entre 5,98% y **12,00% E.A.**
Entidades como Bold C.F., Coltefinanciera y KOA han ofrecido consistentemente las tasas más competitivas, mientras que bancos tradicionales como Bancolombia se ubicaron alrededor del 8,75% E.A. para el plazo de 360 días en octubre. Es crucial recordar que estas tasas, aunque estables tras los picos de 2023-2024 (cuando superaban el 13%-14%), representan una disminución respecto a inicios de 2025, cuando Davivienda ofrecía 8,65% E.A. a 365 días y Coltefinanciera anunciaba 9,0% E.A. para CDT a 6 meses en septiembre.
Requisitos de Apertura: Accesibilidad con su Dosis de Burocracia
Los requisitos para abrir un CDT son relativamente sencillos para personas naturales. Documentos revisados de instituciones como Bancolombia, La Hipotecaria y Banco Contactar confirman la necesidad de:
- Documento de identidad original vigente (cédula de ciudadanía o extranjería).
- Soportes de origen de fondos, que varían según la situación laboral (declaración de renta, desprendibles de nómina, certificado de pensión, etc.).
El monto mínimo de inversión es variable. Mientras los CDT digitales en plataformas como La Hipotecaria, Bold CF y Banco Popular permiten inversiones desde **$50.000 a $300.000**, los CDT tradicionales suelen exigir mínimos entre **$500.000 y $1.000.000**.
Para personas jurídicas, la lista de requisitos se endurece:
- Cédula de identidad del representante legal.
- Certificado de existencia y representación legal con menos de 90 días de expedición.
- Copia del Registro Único Tributario (RUT).
- Balance del año actual o de cierre del año anterior (para empresas nuevas, balance inicial).
- Declaración de renta del último año vigente.
Un pilar fundamental de la seguridad de los CDT es la protección que ofrece el Fondo de Garantías de Instituciones Financieras (Fogafín). Con corte a 2025, la cobertura máxima es de **$50 millones por persona y por institución financiera inscrita**. Esto significa que cualquier inversión que exceda este monto en una única entidad no estará protegida en su totalidad ante una eventual liquidación bancaria. ¿Ha considerado fragmentar su inversión si supera este límite?
Rentabilidad: ¿Seductora en Números o Erosionada por la Realidad?
Evaluar la verdadera rentabilidad de un CDT requiere ir más allá de la tasa nominal. El cálculo de la rentabilidad real, sustrayendo la inflación, es crucial. Si un CDT ofrece un 9,0% E.A. y la inflación promedio de 2025 cierra en 5,0%, la rentabilidad real se acercaría al **4,0%**. Esto es muy distinto de la percepción de ganancia cuando solo se mira la tasa de interés ofrecida.
A esto se suma la retención en la fuente sobre intereses. Según el Estatuto Tributario vigente para 2025, los rendimientos financieros de títulos de renta fija como los CDT están sujetos a una retención en la fuente del **4%**. Esto implica que si un CDT genera $1.000.000 en intereses, $40.000 son retenidos en el momento del pago. A esta retención, se puede añadir el impuesto ordinario sobre la renta si el inversionista declara rentas laborales superiores a ciertos umbrales.
Tomemos un ejemplo concreto: una inversión de **$10.000.000** en un CDT a 360 días con una tasa del 9,0% E.A. genera intereses brutos de $900.000. Después de la retención del 4%, el monto neto es de $860.000. Si la inflación acumulada es del 5,0%, el poder adquisitivo de esos $860.000 se erosiona significativamente, dejando una ganancia real modesta. Francamente, ignorar estos factores es un error común que puede costar dinero.
Lo anterior cobra aún más relevancia con la Reforma Tributaria propuesta por el Gobierno en septiembre de 2025, actualmente en debate en el Congreso. Esta reforma plantea un incremento en la carga tributaria sobre rentas de capital, lo que afectaría directamente a los CDT. De aprobarse, la retención sobre rendimientos de renta fija podría aumentar, reduciendo aún más el atractivo de estos instrumentos.
Beneficios indiscutibles para un perfil específico
A pesar de las limitaciones en rentabilidad real, los CDT ofrecen ventajas inherentes que explican su popularidad:
- Seguridad: Es un instrumento de renta fija donde el flujo de intereses es predeterminado. El inversionista sabe exactamente cuánto recibirá al vencimiento.
- Disciplina de ahorro: Al estar el dinero bloqueado, se evita la tentación de gastar impulsivamente.
- Protección regulatoria: La Superintendencia Financiera vigila constantemente estas operaciones, reduciendo el riesgo de fraude.
- Cobertura Fogafín: Aunque limitada a $50 millones, proporciona un colchón de seguridad para pequeños inversionistas.
El CDT es la opción ideal para inversionistas con un perfil conservador: aquellos que buscan certidumbre absoluta sobre sus rendimientos, tienen un horizonte de inversión definido (3 a 12 meses), toleran un riesgo mínimo y disponen de capital que no requerirán en el corto plazo. Son especialmente adecuados para pensionados, personas próximas a jubilarse, padres ahorrando para la educación de sus hijos con una fecha específica, y empresas con excedentes de capital de trabajo. No obstante, son inadecuados para quienes necesitan liquidez frecuente, ya que el rescate anticipado suele implicar penalizaciones o castigos en tasas.
Fiducias: Potencial de Crecimiento con Mayor Complejidad y Riesgo
¿Qué es una Fiducia y cuál es su propósito en el mercado actual?
Una fiducia es un contrato por el cual una persona natural o jurídica (fiduciante) transfiere la propiedad de bienes o dinero a una sociedad fiduciaria (fiduciario) para que los administre según instrucciones específicas y genere rendimientos o beneficios. El Código de Comercio colombiano establece que el fiduciario actúa como administrador de un patrimonio autónomo, separado tanto del patrimonio del fiduciante como del suyo propio, lo que le confiere una robusta protección jurídica.
Las fiducias en Colombia son diversas: desde fiducias de inversión (para invertir recursos en portafolios diversificados) hasta fiducias inmobiliarias (para gestionar proyectos de construcción) o fiducias de administración. El sector fiduciario ha mostrado un crecimiento impresionante, alcanzando un volumen récord de activos administrados de **$1.000 billones** en mayo de 2025, lo que representa el 61,84% de los recursos de terceros en el sistema financiero y un notable 57,32% del PIB, según Asofiduciarias.
Dentro del universo fiduciario, los Fondos de Inversión Colectiva (FIC) son vehículos donde múltiples inversionistas aportan capital, administrado profesionalmente en diversas estrategias. Los FIC superaron los **$100,8 billones en activos** a enero de 2025, con un crecimiento anual del 17%. Los beneficiarios de fiducias, incluyendo los FIC, recibieron más de **$17 billones en rendimientos** financieros durante 2024, para sus 2,4 millones de clientes, una cifra que evidencia su potencial.
Rentabilidad de Fiducias: Variabilidad Extrema y Potencial Sin Garantías
A diferencia de los CDT, las fiducias no ofrecen una rentabilidad predeterminada o garantizada. Sus rendimientos dependen directamente del desempeño de los activos subyacentes en los que invierten. Los datos de Fiduciaria Corficolombiana a octubre de 2025 ilustran esta variabilidad. Su FIC Valor Plus (un fondo conservador de renta fija) mostró una rentabilidad anualizada del último año de **7,79%**, y 11,16% en los últimos tres años.
Sin embargo, otros fondos han tenido resultados negativos. Su FIC Confianza Plus, por ejemplo, registró rentabilidades negativas de **-23,17% en los últimos dos años** y -12,24% en tres años, lo que demuestra que las fiducias pueden generar pérdidas significativas de capital. El rango de rentabilidades puede ser espectacular: algunos FIC conservadores fluctuaron entre 7-8% anual, mientras que FIC Alternativos alcanzaron 12,39% en el año corrido y hasta **34,41% en el último año**. Por otro lado, fondos de acciones pueden presentar ganancias extremas (FIC Acciones Plus con 44,71% en el último año), pero esta exposición conlleva una volatilidad inherente y riesgos de mercado elevados.
Aunque en 2024 los rendimientos abonados a inversionistas en FIC superaron los $8,3 billones, es crucial entender que esta es información ex-post; el rendimiento pasado no garantiza el rendimiento futuro. Aquí radica la diferencia fundamental: los CDT ofrecen certeza, las fiducias ofrecen potencial (y riesgo) de ganancias superiores.
Requisitos y Accesibilidad: Menos formalidad, más evaluación de riesgo
La apertura de una fiducia, especialmente a través de un FIC, parece más accesible que un CDT en cuanto a documentación inicial. No se exige un documento constitutivo físico ni requisitos de identificación tan exhaustivos en un primer momento. Sin embargo, la realidad operativa es más compleja. Los inversionistas deben completar rigurosos formularios de compatibilidad de riesgo (conocidos como "suitability"), donde la fiduciaria evalúa su capacidad y disposición para asumir riesgos. Aunque legalmente accesible, una persona con alta aversión al riesgo podría encontrar que la mayoría de las fiducias disponibles no se adaptan a su perfil.
Los montos mínimos de inversión en FIC también varían. Algunas comienzan desde **$1.000.000**, mientras que otras exigen **$5.000.000 o más**. Esto puede dejar a las fiducias fuera del alcance de inversionistas con menor capital, especialmente en comparación con los CDT digitales que permiten iniciar desde $50.000.
El Trade-off Fundamental: Ganancias Potenciales vs. Riesgos de Mercado
La razón por la que algunas fiducias pueden lograr rentabilidades superiores a los CDT es que asumen riesgos que estos últimos evitan. Un FIC puede invertir en una amplia gama de activos, incluyendo acciones de empresas, bonos corporativos, opciones, futuros y activos internacionales. Si estos activos se valorizan, los rendimientos pueden ser significativos. Pero si el mercado cae (como ha ocurrido en periodos de volatilidad en 2020, 2022 y episódicamente en 2025), las pérdidas de capital pueden ser sustanciales e incluso permanentes.
La literatura financiera es clara: un CDT ofrece rentabilidad estable y baja con riesgo mínimo; una fiducia agresiva ofrece un potencial de rentabilidad alta, pero con un riesgo considerable. La pregunta crítica para el inversionista es: ¿está preparado para perder parte de su capital invertido en una fiducia si las condiciones de mercado se deterioran?
Horizonte Temporal: Factor Clave para el Éxito en Fiducias
Un factor crucial que distingue las fiducias exitosas de las que no lo son es el horizonte temporal. Los inversionistas con plazos cortos (menos de 2 años) en fiducias de renta variable a menudo obtienen resultados pobres, ya que no dan tiempo a sus inversiones para recuperarse de las caídas del mercado. En contraste, aquellos con un horizonte de 5 a 10 años suelen experimentar un mejor desempeño histórico, permitiendo que la volatilidad a corto plazo se suavice y que la rentabilidad promedio se estabilice. Esto es particularmente relevante en el contexto de incertidumbre de 2025, donde los mercados emergentes han experimentado una volatilidad episódica.
Análisis Crítico: ¿Por qué la mayoría elige CDT a pesar del potencial fiduciario?
La Superintendencia Financiera documenta que en julio de 2025 había **$337,9 billones en CDT** frente a $214,9 billones en FIC y fondos de capital privado. Esta disparidad numérica revela varias realidades psicológicas y económicas que trascienden la simple comparación de rentabilidades.
Primero, la certidumbre versus la incertidumbre: El cerebro humano valora enormemente la predictibilidad. Un CDT que garantiza un 9,0% E.A. es psicológicamente mucho más tranquilizador que un FIC que promete "rentabilidad variable" sin garantías explícitas. Esta preferencia es completamente racional para inversionistas con un bajo nivel de educación financiera o para aquellos que han tenido experiencias traumáticas con pérdidas en los mercados.
Segundo, la complejidad percibida: Las fiducias requieren entender conceptos como diversificación de portafolio, volatilidad, correlación de activos y ciclos de mercado. Muchos colombianos simplemente carecen de estos conocimientos, y las sociedades fiduciarias no siempre explican estos conceptos de manera accesible. Los CDT, por el contrario, tienen una propuesta de valor fácil de comunicar: dinero entra, se bloquea, dinero sale más dinero al vencimiento.
Tercero, las experiencias de corrupción y fraude pasados: Colombia ha sido escenario de notables escándalos fiduciarios, donde algunas sociedades incurrieron en prácticas irregulares. Aunque la regulación se ha fortalecido significativamente desde entonces, la memoria colectiva persiste. Los CDT, respaldados por Fogafín, se perciben como más "seguros", aunque esta percepción no sea del todo precisa para grandes capitales.
Cuarto, presiones inflacionarias e incertidumbre fiscal: En contextos donde la inflación es persistente y la política fiscal es incierta —como en Colombia en 2025— los inversionistas tienden a preferir la liquidez y la certidumbre sobre la especulación. Es un comportamiento defensivo, pero lógico, que busca proteger el capital.
La Reforma Tributaria de 2025: Un Factor Disruptor Subestimado
Un elemento que la mayoría de los ahorradores ignora, pero que es crucial, es el impacto potencial de la Reforma Tributaria propuesta por el Gobierno en septiembre de 2025. De aprobarse, la retención en la fuente sobre "rendimientos financieros provenientes de títulos de renta fija" podría aumentar del actual 4% a niveles superiores. Esto reduciría significativamente el atractivo de los CDT, especialmente para inversionistas de ingresos medios que ya enfrentan una presión tributaria creciente.
Estimaciones preliminares sugieren que un CDT con rentabilidad del 9,0% E.A. podría ver su rendimiento neto reducido entre **15% y 20%** si la retención aumenta al 5%-6%. En ese escenario, la rentabilidad efectiva post-retención se acercaría al 8,0% o incluso inferior, llevando la rentabilidad real después de inflación a converger hacia cero o incluso a ser negativa en términos de poder adquisitivo. Este es un riesgo real que los inversionistas deben considerar.
Escenarios de Aplicación: Cuándo Elegir Cada Instrumento
La elección entre CDT y fiducias no es un juego de "uno es mejor que el otro", sino de "cuál es mejor para mi situación específica". Aquí presentamos una guía:
| Perfil/Situación | CDT | Fiducia (FIC) |
|---|---|---|
| Capital de Inversión | Hasta $20.000.000 | Desde $50.000.000 |
| Horizonte Temporal | Corto a mediano (1-3 años) | Mediano a largo (5+ años) |
| Tolerancia al Riesgo | Conservador (aversión al riesgo) | Moderado a agresivo (disposición a asumir riesgo de mercado) |
| Necesidad de Liquidez | Baja (dinero bloqueado) | Moderada (algunos FIC tienen ventanas de liquidez) |
| Conocimiento Financiero | Básico | Intermedio a avanzado (requiere entender diversificación, volatilidad) |
| Objetivo | Preservación de capital, crecimiento modesto | Crecimiento de patrimonio, superar la inflación a largo plazo |
Para pequeños inversionistas con capital entre **$2.000.000 y $20.000.000** y un horizonte de 1-2 años, los CDT suelen ser la opción superior. La seguridad, certidumbre y protección del capital justifican la rentabilidad más modesta. Un cálculo sencillo: $2.000.000 en un CDT a 360 días con 8,75% E.A. generarían $175.000 brutos o $168.000 netos después de retención. Después de la inflación, la ganancia real se ubica aproximadamente en $73.000.
Para inversionistas con capital de **$50.000.000 o más**, un horizonte de 5 años o superior, y una disposición documentada para asumir riesgo, las fiducias con diversificación moderada pueden ser atractivas. Un FIC balanceado (por ejemplo, con 60% renta fija y 40% renta variable) podría generar rentabilidades promedio entre 6-10% anuales, lo que, después de impuestos e inflación, podría resultar en un poder adquisitivo creciente superior al de los CDT.
Para empresas con flujos de tesorería variables y necesidad de liquidez, los CDT, especialmente los escalonados en vencimientos, continúan siendo superiores porque permiten ajustar el capital según las necesidades operativas.
Recomendaciones Finales para el Ahorrador Colombiano de 2025
La Superintendencia Financiera, el Banco de la República y las autoridades tributarias ofrecen marcos claros para comprender estos instrumentos, pero la decisión final corresponde al ahorrador individual, basada en su situación específica. Sin embargo, pueden extraerse principios generales:
- Para capital hasta $20 millones con horizonte de 1-3 años: Opte por CDT, preferentemente en instituciones de primer orden (Bancolombia, Davivienda, Banco de Bogotá, Banco W) que ofrezcan tasas competitivas. Si su capital supera los $50 millones, distribúyalo en múltiples CDT en diferentes entidades para maximizar la cobertura de Fogafín.
- Para capital de $20 a $100 millones con horizonte de 3-5 años: Considere una estrategia mixta. Un 60% en CDT a plazos escalonados y un 40% en un FIC balanceado (de bajo a moderado riesgo) puede reducir el riesgo general mientras captura el potencial de rentabilidad superior de las fiducias.
- Para capital superior a $100 millones y horizonte de 5+ años: Evalúe fiducias diversificadas con gestores institucionales de reconocida trayectoria. Revise comparativos de rentabilidad histórica ajustada por riesgo (como el ratio de Sharpe) entre las opciones disponibles.
Bajo cualquier escenario en 2025, evite CDT en instituciones no vigiladas por la Superintendencia Financiera. Nunca coloque todo su capital en un solo instrumento y reevalúe su decisión anualmente, considerando los cambios en la inflación, las tasas de política monetaria y las posibles reformas tributarias. La rentabilidad real de cualquier inversión en Colombia en 2025 seguirá siendo modesta, erosionada por la inflación persistente, impuestos crecientes y volatilidad de divisas. No existen opciones que permitan un enriquecimiento rápido y sin esfuerzo; lo que existen son herramientas para mantener y, con suerte, hacer crecer moderadamente el poder adquisitivo. La elección entre CDT y fiducias es, en última instancia, una decisión de trade-off entre seguridad y oportunidad, entre certidumbre e incertidumbre, entre dormir tranquilo o asumir un riesgo calculado.





