Crédito de Libranza en Colombia 2025: Entre Flexibilidad y Riesgos Regulatorios
CONTENIDO:
- Qué es el Crédito de Libranza: Seguridad Operativa y Flexibilidad Financiera
- ¿Quiénes Acceden? El Foco en Empleados y la Creciente Relevancia de los Pensionados
- Ventajas Tangibles para el Consumidor: Más Allá de las Tasas
- Requisitos y el Nuevo Escenario Regulatorio de 2025
- Montos y Capacidad de Endeudamiento: Un Juego de Cifras y Límites
- Las Tasas de Interés en Octubre de 2025: Reducción y Diferenciación por Riesgo
- Análisis Crítico: La Libranza, entre la Oportunidad y el Riesgo Sistémico
- La Regulación de Riesgos: El Decreto 573 y su Impacto
- La Paradoja de la Libranza: Colateral sin Garantía Física
- Beneficios para el Consumidor vs. Riesgos de Sobreendeudamiento: Un Balance Crítico
- Sostenibilidad y Perspectivas para 2025: Vigilancia Intensificada
- Recomendaciones Finales: Prudencia para Todos los Actores
- Guía Completa sobre Crédito Libranza: Todo lo que Necesitas Saber
La cartera de libranzas en Colombia alcanzó los $75,8 billones de pesos a septiembre de 2024, representando el 10,9% del total de la cartera de los establecimientos de crédito. Esta cifra, que posiciona a las libranzas como un motor silencioso pero potente de la profundización financiera, cobra especial relevancia en un 2025 marcado por la recuperación gradual del crédito y la implementación de nuevas directrices regulatorias que buscan equilibrar la accesibilidad con la prudencia del sistema.
Mientras el crédito total en Colombia apenas registraba un crecimiento positivo del 0,3% real anual a mayo de 2025 –la primera cifra en 25 meses–, las libranzas han demostrado una resiliencia particular, amortiguando caídas pero sin liderar la expansión general. Es un segmento que, por su naturaleza, atrae tanto a entidades financieras por su bajo riesgo, como a consumidores que buscan condiciones de acceso más flexibles.
Qué es el Crédito de Libranza: Seguridad Operativa y Flexibilidad Financiera
En esencia, un crédito de libranza es una modalidad de préstamo de consumo que se distingue por su mecanismo de pago: el descuento directo de la nómina o pensión del deudor. Lo que en el argot financiero se conoce como un “préstamo con garantía de flujo de ingresos”. Esto significa que, una vez aprobado, la entidad financiera autoriza al empleador o al fondo de pensiones a descontar automáticamente las cuotas del préstamo y transferir esos recursos directamente al banco.
Para las entidades financieras, esta mecánica es una garantía operativa poderosa. Reduce sustancialmente el riesgo de incumplimiento porque el pago no depende de la voluntad o la memoria del deudor, sino de un proceso automático avalado por ley. Precisamente por esta seguridad, las libranzas suelen presentar indicadores de calidad de cartera significativamente mejores que otras modalidades de crédito de consumo.
El producto, versátil en su concepción, admite variantes que se adaptan a diferentes necesidades. La más extendida es la “Prestanómina” o libranza de libre inversión, donde el beneficiario puede utilizar los fondos sin necesidad de justificar el destino, ya sea para un viaje, la remodelación del hogar o cualquier proyecto personal. Adicionalmente, existe la libranza para compra de cartera, una opción que permite a empleados y pensionados consolidar múltiples deudas en una sola obligación, a menudo con tasas de interés más favorables, simplificando así su carga financiera mensual.
¿Quiénes Acceden? El Foco en Empleados y la Creciente Relevancia de los Pensionados
Tradicionalmente, las libranzas se han dirigido a empleados de organismos públicos y empresas privadas con convenios específicos. Sin embargo, en la última década, ha ganado una relevancia indiscutible el segmento de los pensionados. ¿Por qué este cambio de énfasis? Las instituciones financieras ven en los jubilados una fuente de ingresos altamente predecible. A diferencia de un trabajador activo que puede cambiar de empleador o enfrentar la pérdida de su contrato, un pensionado tiene garantizado su flujo de pago mientras viva, un criterio que incluso las aseguradoras de vida deudores utilizan para fijar primas de cobertura.
La Ley 1527 de 2012 es clara: el descuento por libranza no puede exceder el 50% del ingreso mensual del deudor. Esto, si bien restringe el volumen de crédito disponible para pensiones de bajo monto, asegura que el deudor conserve una capacidad de pago mínima para sus necesidades básicas. Es un equilibrio delicado que busca proteger al consumidor sin anular su acceso al crédito.
Ventajas Tangibles para el Consumidor: Más Allá de las Tasas
Desde la perspectiva del solicitante, el crédito de libranza ofrece un conjunto de beneficios que lo diferencian de manera notable en el mercado colombiano, transformándolo en una opción atractiva para un amplio rango de usuarios:
- No requiere codeudor: A diferencia de muchos créditos de consumo tradicionales, donde se exige un tercero que responda solidariamente en caso de incumplimiento, la libranza prescinde de este requisito. La garantía del descuento automático de nómina o pensión actúa como un sustituto efectivo de la garantía personal.
- Plazos amplios: Mientras un crédito de consumo convencional suele oscilar entre 24 y 60 meses, las libranzas, especialmente para pensionados, pueden extenderse hasta 120 meses. Esta flexibilidad temporal es crucial, ya que permite reducir significativamente la cuota mensual, haciendo el crédito más asequible para jubilados con ingresos limitados.
- Abonos extraordinarios sin costo: El cliente tiene la libertad de destinar ingresos adicionales, como bonificaciones o primas de fin de año, directamente al capital del préstamo. Esto acelera la amortización de la deuda sin incurrir en penalizaciones, un contraste favorable con algunas líneas de crédito rotativo que sí penalizan el pago anticipado.
- Cuota fija: Cuando se pacta una tasa fija nominal, las cuotas permanecen inalterables durante toda la vigencia del crédito, proporcionando una valiosa certeza presupuestaria al deudor y facilitando la planificación financiera personal.
- Compra de cartera: Como se mencionó, esta modalidad permite consolidar deudas, a menudo mejorando las condiciones financieras del deudor al unificar obligaciones con tasas potencialmente más bajas.
Requisitos y el Nuevo Escenario Regulatorio de 2025
El proceso para acceder a una libranza se mantiene relativamente simple en comparación con otros productos crediticios. La documentación solicitada es básica, pero la verificación ha ganado en rigurosidad. Los requisitos suelen incluir:
- Para empleados:
- Fotocopia del documento de identidad ampliada al 150%.
- Certificado laboral original (vigencia no mayor a 30 días) que especifique cargo, tiempo de servicio y salario.
- Comprobante de nómina de los dos últimos meses.
- Solicitud única de conocimiento del cliente de la entidad financiera.
- Para pensionados:
- Fotocopia del documento de identidad.
- Comprobante de pago de pensión del último mes.
- Solicitud de vinculación a la entidad financiera.
La aparente ausencia de requisitos como declaración de renta o extractos bancarios ha favorecido tradicionalmente un acceso más democrático al crédito. No obstante, la Superintendencia Financiera de Colombia ha fortalecido los procesos de verificación. Desde mayo de 2025, la Circular Externa 005 de 2025, derivada del Decreto 573, obliga a las entidades financieras a validar los datos de nómina y pensión con mayores controles SARLAFT (Sistema de Administración de Riesgo de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo). Esto añade una capa de seguridad y rigor al proceso, buscando mitigar riesgos asociados a la suplantación o fraude.
Montos y Capacidad de Endeudamiento: Un Juego de Cifras y Límites
En Colombia, la legislación no establece un tope máximo fijo para los créditos de libranza. Esta decisión recae en el criterio de cada entidad financiera, basándose en la "capacidad de endeudamiento" del cliente. Sin embargo, la Ley 1527 de 2012 impone un límite operativo inquebrantable: las deducciones por libranza no pueden exceder el 50% del ingreso mensual. Este umbral es fundamental para garantizar que el deudor conserve, al menos, la mitad de su salario o pensión para sus necesidades básicas.
En la práctica, los montos máximos varían significativamente entre las entidades. Mientras algunos bancos como Bancolombia reportan montos de hasta 4 millones de pesos, otras instituciones como Ban100 pueden ofrecer hasta 273 millones, Banco Popular hasta 520 millones y Banco de Occidente hasta 120 millones. Para la modalidad de compra de cartera, Davivienda, por ejemplo, ofrece créditos de hasta 100 millones de pesos, evidenciando una competencia robusta en el mercado.
Respecto a los montos mínimos referenciales, la mayoría de las entidades establece un piso de un Salario Mínimo Mensual Legal Vigente (SMMLV), que para 2025 se estima en aproximadamente 1,2 millones de pesos (asumiendo un SMMLV de $1.320.000). Sin embargo, algunas cooperativas y cajas de compensación son más flexibles, aceptando desembolsos desde 600.000 pesos, especialmente para empleados con ingresos bajos o afiliados con antigüedad comprobada.
Las Tasas de Interés en Octubre de 2025: Reducción y Diferenciación por Riesgo
Octubre de 2025 presenta un panorama de moderación en las tasas de interés, un factor clave para el atractivo de las libranzas. La tasa de usura para créditos de consumo y ordinarios se ubicó en 24,36% efectivo anual (E.A.), registrando una reducción de 65 puntos básicos respecto a septiembre del mismo año. Este descenso es un reflejo de la estrategia del Banco de la República de mantener la tasa de intervención en 9,25%, inalterada durante cinco meses consecutivos, buscando estimular una recuperación económica sin presionar la inflación.
En el segmento específico de libranzas, las tasas promedio observadas en octubre de 2025 oscilan entre 13,62% y 24,34% E.A., variando según la entidad y el perfil de riesgo del cliente. Cooperativas especializadas, como Coopetraban, reportan tasas tan competitivas como 1,24% mes vencido (equivalente a aproximadamente 15,94% E.A.). Esta brecha de tasas –típicamente entre 2 y 4 puntos porcentuales por debajo de los créditos de consumo sin respaldo de libranza– subraya el menor riesgo crediticio inherente al mecanismo de descuento automático. Las entidades reconocen implícitamente que la garantía de nómina reduce significativamente la probabilidad de incumplimiento, lo que se traduce en un menor costo para el deudor.
Análisis Crítico: La Libranza, entre la Oportunidad y el Riesgo Sistémico
A pesar de su reputación de bajo riesgo, el crédito de libranza no está exento de desafíos y vulnerabilidades, elementos que, como periodista financiero que ha cubierto de cerca el sector, he visto manifestarse en diversos casos a lo largo de los años. Si bien el indicador de calidad de cartera (mora mayor a 30 días) para libranzas se mantiene por debajo del 5% –significativamente mejor que el 4,7% del total de la cartera de establecimientos de crédito a enero de 2025–, esta fortaleza relativa no debe generar complacencia.
El sistema de libranzas, intrínsecamente dependiente de ingresos laborales y pensionales, es vulnerable a choques macroeconómicos. Las entrevistas con usuarios revelan que, durante periodos de contracción económica, el sobreendeudamiento se agudiza, especialmente en regiones más frágiles. Un informe de septiembre de 2025 señalaba que "el sobreendeudamiento de los hogares y la vulnerabilidad de microempresas están detrás del aumento de la mora en las zonas más frágiles", con la Costa y el Pacífico experimentando una preocupante dispersión de la morosidad. ¿Le suena familiar esta situación a usted o a alguien que conoce?
La Regulación de Riesgos: El Decreto 573 y su Impacto
El Decreto 573 de 2025, expedido por el Ministerio de Hacienda el 28 de mayo de 2025, representa un hito regulatorio. Modificó la ponderación de activos por nivel de riesgo (APNR) para créditos de libranza, reconociendo oficialmente que estos créditos presentan "menores niveles de riesgo e incumplimiento debido al mecanismo de descuento directo de nómina". Esta reducción de ponderación se estructuró gradualmente:
- 70% desde la emisión de instrucciones por la Superintendencia Financiera y hasta 180 días después (aplicable desde agosto de 2025).
- 65% desde el día 181 al 360.
- 60% a partir del día 361.
La Superintendencia Financiera, a través de la Circular Externa 005 de 2025 del 17 de junio de 2025, impartió las instrucciones para su implementación. Este cambio tiene implicaciones directas: una menor ponderación de capital significa que los bancos necesitan reservar menos patrimonio por cada peso de libranza colocada. Teóricamente, esto incentiva una mayor oferta crediticia en este segmento y permite a las entidades ofrecer márgenes más competitivos en tasas, lo que podría beneficiar al consumidor.
La Paradoja de la Libranza: Colateral sin Garantía Física
La sostenibilidad de la cartera de libranzas enfrenta una paradoja estructural. Aunque el descuento de nómina es una garantía de cobro más segura que muchos bienes colaterales tradicionales, es también más frágil ante cambios drásticos en el empleo o la pensión. Un deudor que, por ejemplo, pierde su trabajo después de adquirir una libranza de libre inversión, se ve en la obligación de refinanciar o cancelar anticipadamente el saldo. Esto genera un riesgo de migración a un crédito de consumo sin respaldo, incrementando la vulnerabilidad crediticia del individuo y dispersando el riesgo en el sistema.
Desde una perspectiva de riesgo sistémico, un crecimiento acelerado y descontrolado de las libranzas podría generar una concentración de exposición en ingresos dependientes del empleo público y las pensiones del sistema general. Si bien el Estado garantiza pensiones y nóminas del sector público, lo que mitiga un riesgo de insolvencia inmediata, la situación genera vulnerabilidad ante posibles reducciones de empleo público o cambios en los esquemas pensionales. Las cifras revelan que, si bien la cartera de libranzas ha amortiguado caídas en el crédito total, no ha liderado la expansión, lo que sugiere una recuperación más técnica que orgánica.
Beneficios para el Consumidor vs. Riesgos de Sobreendeudamiento: Un Balance Crítico
Para el consumidor, la libranza representa un acceso al crédito que, de otra manera, sería inaccesible. Pensemos en un pensionado de 75 años con una pensión de 1,2 millones de pesos mensuales (cercana al mínimo legal). Este perfil está prácticamente excluido del mercado de crédito convencional. La libranza, al permitirle acceder a recursos por hasta 600.000 pesos (el 50% de su ingreso), amplía significativamente su capacidad de consumo o inversión.
Sin embargo, este beneficio debe ponderarse cuidadosamente contra el riesgo de sobreendeudamiento. He cubierto casos donde las políticas vigentes de múltiples libranzas –es decir, la posibilidad de tomar varios créditos por libranza simultáneamente con diferentes entidades– pueden llevar a un trabajador o pensionado a destinar una porción excesiva de su ingreso a estas obligaciones, comprometiendo severamente su liquidez mensual. Los estudios financieros suelen recomendar que las deducciones por libranza no excedan el 30% del ingreso para mantener un colchón de seguridad. Francamente, la realidad en muchas familias colombianas es que este límite se supera con facilidad, llevando a situaciones de asfixia financiera.
Para la banca, los beneficios son claros: rentabilidad con riesgo contenido. Un margen de 8 a 12 puntos porcentuales entre el costo de fondos y la tasa cobrada en libranzas genera un retorno atractivo, con una menor exposición a castigos por incumplimiento en comparación con el crédito de consumo convencional. Esto explica el interés sostenido de las entidades en este producto.
Sostenibilidad y Perspectivas para 2025: Vigilancia Intensificada
Las proyecciones de la industria estiman que el crecimiento del crédito de consumo total en 2025 alcanzará el 4,3%, con tarjetas de crédito creciendo un 12% y créditos de libre inversión (para perfiles de riesgo medio y bajo) expandiéndose un 7%. Las libranzas, si bien no siempre se desagregan en estas proyecciones agregadas, se espera que mantengan un crecimiento acorde al empleo y las pensiones, estimado en rangos entre el 1% y el 3% anual.
Ante este panorama, la Superintendencia Financiera ha intensificado su vigilancia, no solo con el Decreto 573, sino también exigiendo a las entidades nuevos reportes sobre concentración de riesgos y límites de exposición por grupos conectados –particularmente relevante para familias con múltiples miembros que acceden a libranzas–, así como validaciones más rigurosas de la información de ingresos. Esto demuestra una clara intención de mantener el producto en el carril de la prudencia regulatoria.
Recomendaciones Finales: Prudencia para Todos los Actores
El crédito de libranza en Colombia ha demostrado ser un instrumento valioso para la profundización financiera, dotado de controles de riesgo inherentes. El Decreto 573 de 2025 representa un reconocimiento regulatorio acertado de esta realidad, al reducir gradualmente las ponderaciones de capital de manera calibrada. Sin embargo, su sostenibilidad a largo plazo requiere la acción coordinada de todos los actores:
- Para los reguladores:
- Mantener una vigilancia activa sobre los indicadores de sobreendeudamiento familiar, con un enfoque particular en la población pensionada.
- Monitorear la concentración de riesgos en grupos conectados de empresas y empleadores que ofrecen libranzas.
- Fortalecer las capacidades supervisivas de entidades no vigiladas que intermedian libranzas en el mercado secundario.
- Para los intermediarios financieros:
- Garantizar una transparencia creciente en la comunicación de costos y riesgos, especialmente cuando los clientes acceden a múltiples libranzas simultáneamente.
- Fortalecer los procesos de originación crediticia para verificar ingresos reales y asegurar una capacidad de pago sostenible del deudor.
- Implementar programas de capacitación para asesores en materia de educación financiera para deudores, fomentando decisiones informadas.
- Para los consumidores:
- Ejercer autocontrol sobre las deducciones acumuladas por libranza y otras obligaciones, evitando superar ese umbral del 30% del ingreso disponible.
- Realizar una revisión periódica de las alternativas comparadas de crédito en el mercado, buscando siempre las condiciones más favorables.
- Aprovechar la posibilidad de realizar abonos extraordinarios sin costo para acelerar la amortización de la deuda, reduciendo el costo total del crédito.
La libranza, con su equilibrio entre accesibilidad, seguridad operativa y rentabilidad, seguirá siendo un protagonista clave del mercado de crédito colombiano en 2025 y más allá. Lo determinante será que reguladores, intermediarios y deudores actúen con una prudencia creciente y una visión a largo plazo, adaptándose a la evolución del contexto macroeconómico y el perfil de riesgos del país.
Fuentes citadas:
La información de este artículo proviene de reportes de la Superintendencia Financiera de Colombia, circulares y decretos del Ministerio de Hacienda, reportes de estabilidad financiera del Banco de la República, comunicados de Asobancaria, ofertas comerciales de principales entidades financieras vigiladas, y análisis de especialistas en crédito y riesgo financiero colombiano, así como estudios de la Unidad de Proyección Normativa y Estudios de Regulación Financiera (URF) de Colombia y Valora Analitik.





