Gota a Gota: El Crédito Ilegal que Devora a Colombia en 2025
CONTENIDO:
- La Seducción del "Gota a Gota": Rapidez Engañosa y Requisitos Irrisorios
- Las Cifras de la Usura: Un Robo Legalizado en Pleno Día
- ¿Quiénes Son los Usuarios? El Retrato de la Exclusión Financiera
- Riesgos Sistémicos: Deuda, Extorsión y Lavado de Activos
- La Amenaza Digital: Aplicaciones de Préstamos Rápidos
- El Lavado de Activos Detrás del Crédito Informal
- Advertencias Institucionales Ignoradas y la Brecha de Inclusión
- ¿Son Realmente la Mejor Opción? Mitos y Realidades
- Alternativas Formales y Solidarias: Un Camino Viable Pero Desigual
- La Consolidación como Fracaso Sistémico y Reflexión Final
- Préstamos en Efectivo: Riesgos, Protecciones y Opciones Legales en Colombia
A inicios de 2025, la Superintendencia Financiera de Colombia y el Banco de la República presentaron cifras que dibujan un panorama inquietante: más de 200.000 familias colombianas se encuentran atrapadas en las redes de los préstamos informales, popularmente conocidos como "gota a gota". Esta cifra, alarmante por sí misma, fue confirmada por la Asociación Colombiana de la Industria de la Cobranza, exponiendo una crisis de inclusión financiera que las autoridades reconocen, pero que aún no logran frenar de manera efectiva.
El problema es aún más profundo cuando se observa el acceso al crédito formal. Según Felipe Noval, Superintendente Adjunto para Intermediarios Financieros de la Superintendencia Financiera, apenas 13 millones de adultos, de un total de 40 millones, acceden a créditos bancarios o de entidades reguladas. Los 27 millones de adultos restantes, que representan el 67% de la población adulta, se ven obligados a recurrir a soluciones alternativas, desde el sector solidario hasta las peligrosas casas de préstamo no vigiladas. Esta brecha descomunal explica la persistencia y, francamente, la consolidación de un sistema de crédito informal que opera al margen de la ley y de la decencia.
La Seducción del "Gota a Gota": Rapidez Engañosa y Requisitos Irrisorios
¿Qué hace tan atractivas a estas casas de préstamo en efectivo? Su mecanismo es una trampa cuidadosamente diseñada: ofrecen dinero el mismo día, sin papeleo engorroso, sin verificar el historial crediticio y sin importar si el solicitante está reportado en las centrales de riesgo. Este modelo se construye sobre la promesa de inmediatez, un salvavidas aparente para quienes enfrentan una emergencia económica. Pero como he cubierto en innumerables casos, lo que comienza como una solución rápida, se transforma rápidamente en un ciclo de endeudamiento irreversible.
Gloria Urueña, directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de la Industria de la Cobranza, explica con una precisión clínica la operatoria: "Estas mafias cobran intereses adelantados, modifican las condiciones del préstamo sin previo aviso y utilizan métodos de cobro intimidantes que afectan no solo al deudor, sino a todo su entorno familiar y laboral". El sistema combina elementos de una sofisticación financiera perversa con metodologías que, en el fondo, rozan lo criminal. Se ha documentado que el volumen de las transacciones rara vez supera los 3 millones de pesos, con plazos de pago absurdamente cortos, a menudo entre 7 y 30 días, y cuotas de reembolso diarias o semanales. Esta estructura de pagos frecuentes genera una presión constante, manteniendo al deudor en un estado de dependencia y ansiedad permanente.
Las Cifras de la Usura: Un Robo Legalizado en Pleno Día
Mientras la Superintendencia Financiera certificó tasas de usura de 24,36% efectivo anual para octubre de 2025 y 24,99% para noviembre de 2025 en la modalidad de crédito de consumo ordinario, las casas de préstamo informal operan sin ningún respeto por estos límites legales. El Código Penal colombiano es claro: superar la tasa de usura es un delito. Pero la realidad en las calles y en las aplicaciones digitales es otra.
Los números que emergen de las encuestas de endeudamiento pintan un cuadro de explotación deliberada. Una investigación conjunta de ANIF y Colombia Fintech reveló que las tasas de endeudamiento anual del "gota a gota" alcanzan el 382,2% efectivo anual para los hogares y el 666,5% efectivo anual para las empresas, superando con creces cualquier límite legal. ¿Le suena familiar? Piense en esto: una persona que obtiene un préstamo de un millón de pesos al 30% mensual (una tasa típica en el mercado informal) termina pagando 3,6 millones de pesos en un año, es decir, 260% más que el capital inicial. Esto es usura en su máxima expresión.
Los testimonios de las víctimas concretan esta devastación aritmética. Carolina, por ejemplo, solicitó 120.000 pesos en una aplicación de préstamo rápido llamada RapiCrédito. Sorprendentemente, solo recibió 77.000 pesos en su cuenta, pero se le exigió pagar 43.000 pesos de intereses en una sola semana. Su caso es escalofriante: "Terminé pagando 68.000 pesos de intereses en un periodo de semana y media, lo que equivalía a una tasa de interés de casi 57% para ocho días", lo que se traduce en aproximadamente 2.500% anual. Estas cifras no son meras estadísticas; son historias de vida destrozadas por la codicia.
¿Quiénes Son los Usuarios? El Retrato de la Exclusión Financiera
Las estadísticas de ANIF revelan que el 37,3% de los hogares y el 55% de las empresas recurren al crédito informal como el gota a gota. Pero estos números agregados ocultan perfiles específicos que merecen una mirada más humana. Los usuarios típicos son trabajadores informales, pequeños comerciantes, madres cabeza de hogar, vendedores ambulantes y emprendedores en zonas rurales o periféricas. El 90% de los asociados de cooperativas de ahorro y crédito, que son la alternativa formal más cercana, pertenecen a los estratos 1, 2 y 3. Esto indica que la población que recurre a las casas de préstamo es, precisamente, la más vulnerable económicamente y la que el sistema formal ha fallado en alcanzar.
Un estudio del Instituto para la Economía Social (IPES) es aún más revelador: el 90% de los vendedores informales en Bogotá recurrió al gota a gota durante 2024, considerándolo de "fácil acceso". De los 571.329 pequeños negocios activos en la capital, el 86,7% eran independientes, y una gran proporción de ellos financiaron su operación a través de este sistema ilegal. Esta es la realidad palpable de la exclusión: cuando no hay una puerta formal, se busca la ventana, por peligrosa que sea.
Riesgos Sistémicos: Deuda, Extorsión y Lavado de Activos
Más allá de las tasas ilegales, el funcionamiento del gota a gota implica riesgos que van desde lo financiero hasta lo penal. Gloria Urueña advierte que "actualmente microempresarios y tenderos pagan tasas del 500 y 600% anual por un gota a gota". Esta escalada no ocurre por azar: responde a una lógica de sobreendeudamiento deliberado donde el prestamista tiene incentivos para mantener al deudor cautivo indefinidamente en una espiral de pagos interminable.
El ciclo típico comienza con un préstamo modesto. La persona paga algunos meses, pero luego se encuentra en la imposibilidad de cumplir con todas las cuotas. Para "salir del problema", pide dinero a otro prestamista para pagar al primero. En cuestión de meses, una familia puede estar debiendo a entre 4 y 8 prestamistas informales, pagando tasas compuestas que devoran más de la mitad de sus ingresos mensuales. Este no es un préstamo, es una condena financiera.
Los métodos de cobro representan el lado criminal del fenómeno. Registros exclusivos de llamadas de una banda de 15 prestamistas detenida por asociación criminal y extorsión revelaron amenazas explícitas. "Si no me paga lo mío vamos a tener un hijoputa problema, parce", decía uno de los imputados, mientras otro amenazaba: "Estamos afuera. No llegaba a la casa". En casos extremos que he cubierto, se ha documentado que una banda de prestamistas asesinó a un deudor cuyo cadáver apareció en el maletero de un auto. La vida de los deudores se convierte en moneda de cambio.
La Amenaza Digital: Aplicaciones de Préstamos Rápidos
Las aplicaciones móviles de préstamos rápidos añaden una dimensión digital a estos riesgos, operando bajo una estructura similar al gota a gota. Damián, un joven de 24 años en Medellín, descargó por error la aplicación Juancho te Presta. Cuando intentó simular un crédito, accidentalmente lo activó. "Me consignaron dinero, ya había creado una necesidad", relata. Al no poder pagar el monto total que le llegó a la plataforma (2.800.000 pesos cuando solo le consignaron 900.000), comenzó a recibir llamadas intimidantes. La perversidad se intensifica: los prestamistas virtuales accedían a sus contactos y, en caso de impago, "empezaron a mandarles fotos mías", reportó otro usuario. La privacidad es el primer sacrificio en el altar de la desesperación financiera.
El Lavado de Activos Detrás del Crédito Informal
Un aspecto frecuentemente subestimado en el análisis de estas casas de préstamo es su función como mecanismo de lavado de activos. De acuerdo con investigaciones de la UNODC (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito), los prestamistas "gota a gota" son en su mayoría personas que hacen parte de grupos armados ilegales vinculados al narcotráfico. El dinero utilizado para los préstamos proviene frecuentemente de delitos como el narcotráfico, el tráfico de armas y la extorsión. No es simplemente un problema de crédito; es un tentáculo del crimen organizado.
El Ministerio de Justicia y del Derecho de Colombia ha tipificado el gota a gota no solo como usura, sino potencialmente como captación masiva de dineros, enriquecimiento ilícito, amenaza, delitos cibernéticos, violencia física, extorsión y, principalmente, lavado de activos. Esta clasificación integral reconoce que el gota a gota no es simplemente un problema de acceso crediticio, sino un fenómeno criminal multidimensional que carcome la base social y económica del país.
Advertencias Institucionales Ignoradas y la Brecha de Inclusión
Las autoridades colombianas han emitido advertencias constantes. La Superintendencia Financiera ha publicado múltiples comunicados sobre los riesgos de aplicaciones no autorizadas de préstamos. Felipe Noval ha sostenido públicamente que "la mejor forma de combatir a los agiotistas es incorporando a microempresarios que recurrieron a este financiamiento ilegal, al segmento formal, brindándoles herramientas que les permitan tomar mejores decisiones".
Sin embargo, estas declaraciones conviven con la dura realidad de que el acceso al crédito formal sigue siendo limitado. Para octubre de 2025, según el Banco de la República, el indicador de cartera formal apenas se ubicaba en el 35% de la población adulta. Esto significa que, a pesar de los esfuerzos institucionales, la exclusión persiste y, con ella, el "gota a gota" se consolida como la alternativa por defecto para millones de colombianos. La pregunta es obvia: ¿de qué sirven las advertencias si no hay opciones viables?
¿Son Realmente la Mejor Opción? Mitos y Realidades
Los argumentos que defienden las casas de préstamo como una "solución rápida" se desmoronan frente a la evidencia: el 97% de las personas que acceden al gota a gota terminan sobreendeudadas debido a los exorbitantes intereses. No es una alternativa de financiamiento; es una trampa estructurada para explotar la necesidad. El Concejal David Saavedra de Bogotá lo ha caracterizado de manera precisa: "No hay hogar que pueda cubrir esas acreencias y es por eso que tantos colombianos se quiebran". Una vez dentro del sistema informal, escapar requiere ciclos de sacrificio económico prolongado o, en los casos más extremos, la intervención legal de las autoridades a través de denuncias por extorsión.
Alternativas Formales y Solidarias: Un Camino Viable Pero Desigual
Si bien el panorama es sombrío, Colombia ha fortalecido algunas alternativas para evadir el gota a gota, aunque con cobertura aún limitada. El sistema cooperativo de ahorro y crédito ha experimentado un crecimiento significativo. Entre enero y abril de 2025, las cooperativas reportaron desembolsos de 2,99 billones de pesos, un crecimiento del 12,6% respecto al mismo período de 2024. La cartera de créditos del sistema cooperativo llegó a 27,28 billones de pesos en junio de 2025, con un incremento del 3,56% respecto a 2024. Estas cooperativas operan bajo principios solidarios, con tasas de interés reguladas y requisitos menos rigurosos que la banca tradicional, lo que las convierte en un faro de esperanza para muchos.
Entre 2023 y 2025, la base social de cooperativas de ahorro y crédito pasó de 3,63 millones a 3,92 millones de asociados, un aumento del 7,96%. La mayoría de estos asociados pertenecen a estratos 1, 2 y 3, una demografía idéntica a la que, por desgracia, recurre al gota a gota. Los créditos bancarios formales, por su parte, ofrecen tasas controladas por ley. Para noviembre de 2025, el Interés Bancario Corriente (IBC) se ubicó en 16,66% efectivo anual para créditos de consumo ordinario, siendo la tasa máxima de usura 24,99%. Aunque estas tasas son más altas que en años anteriores por dinámicas del mercado, siguen siendo una pequeña fracción de las tasas del gota a gota (que superan el 382%).
Recientemente, el Gobierno de Bogotá lanzó "Ciérrale la llave al gota a gota", ofreciendo microcréditos entre 400.000 y 15.000.000 de pesos a través de alianzas con fintechs como Plurall. Asimismo, en octubre de 2024, la Supersolidaria lideró el "Pacto por la democratización del crédito", bajo el cual las cooperativas de ahorro y crédito realizaron 86.765 operaciones de crédito entre octubre de 2024 y julio de 2025, un crecimiento del 19%. Además, los préstamos entre familiares, aunque informales, representan otra alternativa cuando existe confianza y transparencia. La investigación académica indica que el 45% de los créditos informales proviene de familiares, conocidos y amigos, lo que sugiere que las tasas tienden a ser mucho más favorables sin intermediarios comerciales.
Las fintechs reguladas, como Sempli, también están ganando terreno. Han realizado desembolsos superiores a 55.000 millones de pesos en el primer semestre de 2025, impactando a más de 400 empresas con créditos desde 400.000 pesos hasta 15 millones. Aunque estas plataformas tienen requisitos (identificación verificable, historial digital mínimo), el proceso es más rápido que la banca tradicional y sus tasas están más cercanas a los límites legales. Son un puente necesario hacia la formalidad, pero aún con barreras de entrada para la población más vulnerable.
La Consolidación como Fracaso Sistémico y Reflexión Final
Para octubre de 2025, la consolidación de las casas de préstamo en Colombia no representa un equilibrio alcanzado en el mercado, sino un fracaso sistémico de las instituciones financieras formales para llegar a poblaciones vulnerables. La exclusión financiera es el denominador común: mientras la industria formal ofrece créditos con requisitos que muchos no pueden cumplir (verificación de ingresos, historial crediticio limpio, patrimonio como respaldo), el gota a gota ofrece dinero sin preguntas, aunque el precio sea la esclavitud económica.
Felipe Campos, gerente de inversión de Alianza Valores, observó en octubre que el mercado crediticio colombiano mostraba volatilidad, con los bancos "reduciendo el volumen de préstamos otorgados a compañías" y una recuperación gradual del crédito comercial. Esta contracción crediticia del sector formal, precisamente cuando más se necesita acceso a financiamiento, empuja a más personas hacia el mercado informal. La paradoja es cruel: cuando la economía se ralentiza y la necesidad crece, el crédito legal se contrae, abriendo las puertas de par en par al agiotista.
La pregunta de fondo no es si el gota a gota es una buena opción (es rotundamente mala), sino por qué, tras casi dos décadas de advertencias institucionales y campañas de concientización, una población equivalente a toda la ciudad de Bogotá sigue atrapada en este sistema. La respuesta implica reconocer que, mientras la banca formal siga priorizando la rentabilidad sobre la inclusión, mientras las cooperativas sigan siendo subfinanciadas y las fintechs experimenten con regulaciones ambiguas, el gota a gota no simplemente persistirá: se consolidará como la estructura financiera de facto para los 27 millones de colombianos excluidos del sistema.
La verdadera solución exige decisiones de política pública radical: reformas regulatorias que permitan tasas más competitivas en segmentos de bajo monto, capitalización masiva del sector cooperativo, expansión de tecnología para reducir costos de intermediación, y una persecución penal eficaz y sin tregua contra los prestamistas informales. Mientras esto no ocurra, las casas de préstamo en efectivo seguirán siendo, paradójicamente, la solución más accesible para quienes menos pueden permitirse acceder a ella.
Notas sobre metodología:
Este artículo se basa en datos de la Superintendencia Financiera de Colombia (octubre-noviembre 2025), el Banco de la República (reporte de estabilidad financiera 2025), ANIF, Colombia Fintech, Fecolfin, la Asociación Colombiana de la Industria de la Cobranza, investigación académica sobre finanzas informales en Colombia, y reportería investigativa en medios colombianos reconocidos. Las cifras sobre tasas de usura reflejan regulaciones vigentes al 4 de noviembre de 2025.





