Gota a Gota 2025: La Trampa Financiera que Azota a Colombia
CONTENIDO:
- La Exclusión Crediticia: Un Problema Estructural con Rostro Humano
- La Ilusión del Dinero Fácil: Ventajas Aparentes y Su Mecanismo
- El Precio Real: Tasas Exorbitantes y la Metodología Criminal del Cobro
- Regulación vs. Anarquía: Por Qué el Sistema Formal Crea Exclusión
- Crédito Informal vs. Sistema Financiero: La Comparación Completa
- Recomendaciones para Navegar la Exclusión (y Buscar Alternativas Formales)
- La Respuesta Institucional: Avances y Desafíos en 2025
- Conclusión: La Urgencia de Cerrar la Brecha y Liberar a Colombia
- Guía Completa de Prestamistas en Colombia: Riesgos, Tasas y Protección Legal
En octubre de 2025, la brecha de acceso al crédito formal en Colombia sigue siendo una herida abierta en el tejido social y económico del país. Con apenas el 35,5% de los adultos colombianos con crédito bancario formal, según datos de la Superintendencia Financiera, una abrumadora mayoría de 27 millones de personas busca alternativas para financiar sus necesidades, a menudo con consecuencias devastadoras. Detrás de esta estadística glacial se esconde una realidad humana compleja, donde la desesperación por obtener liquidez inmediata empuja a miles a los brazos de prestamistas informales, conocidos popularmente como “gota a gota”.
He cubierto casos donde pequeños comerciantes, vendedores ambulantes y emprendedores, exhaustos por la burocracia bancaria o con un historial crediticio imperfecto, se ven forzados a recurrir a estas redes. La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) ha documentado que estas operaciones ilegales cobran tasas que alcanzan el 382,2% anual para hogares y el 666,5% para empresas, cifras que superan más de 15 veces la tasa de usura legal fijada en 24,36% efectivo anual para octubre de 2025. Esto no es un simple sobrecosto; es una condena financiera.
La Exclusión Crediticia: Un Problema Estructural con Rostro Humano
La magnitud del problema financiero informal en Colombia es sistémica. De los aproximadamente 40 millones de adultos en el país, solo 13 millones acceden a algún tipo de crédito formal. ¿Qué sucede con los otros 27 millones cuando necesitan financiamiento para una emergencia, capital de trabajo o para la educación de sus hijos? Muchos recurren a cooperativas no vigiladas o, directamente, a prestamistas ilegales que operan sin ningún tipo de control.
Las entrevistas con usuarios revelan una constante: el sistema formal les cierra las puertas. “Acudí a un prestamista de dinero en efectivo porque mi situación era urgente, y no podía pasar días esperando la aprobación de un banco. En pocas horas, ya tenía el dinero en mis manos”, me comentó Daniel Morales en Medellín. Esta es la historia de millones: la necesidad inmediata frente a la lentitud y los requisitos restrictivos del sistema tradicional.
La situación es aún más crítica en la economía popular. Un estudio de Asobancaria, a través de encuestas en siete ciudades, reveló que aunque el 68% de las personas consultadas afirmaba tener al menos un producto financiero, solo el 28,6% utilizaba créditos bancarios como fuente de financiamiento inicial. El 25,7% de esos microempresarios había recurrido a préstamos informales como el “gota a gota”, principalmente por desconocimiento de la oferta bancaria, barreras en los trámites o reportes negativos en centrales de riesgo.
Felipe Noval, Superintendente Adjunto para Intermediarios Financieros de la SFC, ha explicado que, a pesar de altos indicadores de acceso y uso de productos financieros, el indicador de cartera formal en el 35% "revela una brecha significativa que requiere que los establecimientos de crédito aumenten las colocaciones, no solo en zonas urbanas, sino también en áreas rurales y rurales dispersas."
La Ilusión del Dinero Fácil: Ventajas Aparentes y Su Mecanismo
Para quien vive al día, la oferta de un préstamo rápido y sin papeleo parece una bendición. Los prestamistas de dinero en efectivo, que operan sin la intervención de bancos tradicionales, ofrecen una salida inmediata. Un vendedor informal de Corabastos en Bogotá, que prefirió no identificarse, lo describió así: “Me acercaron un señor en el mercado, me preguntó cuánto necesitaba. Le dije que cuatro millones, me pidió solo mi cédula, y al día siguiente tenía el dinero en la mano. En el banco me pedían papelería, afiliaciones, referencias, demoraban mucho tiempo en estudiar mi crédito. Aquí fue todo rápido.”
El funcionamiento es engañosamente directo. El solicitante contacta al prestamista, acuerda el monto y las condiciones de pago. El dinero se entrega en efectivo, a veces en cuestión de horas. Las ventajas aparentes, que seducen a tantos, incluyen:
- Rapidez en el desembolso: El dinero se obtiene en 24 a 48 horas, a menudo incluso el mismo día, un contraste drástico con las semanas que puede tomar un banco.
- Requisitos mínimos: Generalmente solo se exige la cédula de identidad, eliminando la necesidad de comprobantes de ingresos, declaraciones de impuestos o verificación de domicilio.
- Accesibilidad para personas con mal historial crediticio: Estos prestamistas rara vez revisan las centrales de riesgo como DataCrédito o Experian, lo que los convierte en la única opción para quienes tienen reportes negativos o deudas vencidas.
- Montos flexibles: Desde $50.000 hasta millones de pesos, adaptados al aparente "poder de pago" del solicitante, sin los límites regulados del sistema formal.
- Proceso sin burocracia: No hay formularios complejos, largas esperas en sucursales o explicaciones técnicas sobre tasas y comisiones.
Estas características son casi irresistibles para alguien en la economía informal, que necesita capital de trabajo urgente o afronta una emergencia familiar. Los bancos dicen "no tenemos información de usted" o "su capacidad de pago no es suficiente". El prestamista informal dice "sí", ofreciendo una falsa sensación de alivio. Gloria Urueña, directora ejecutiva de Colcob, lo resume: "El problema tiene raíces estructurales. Esta exclusión financiera ha empujado a vendedores informales, emprendedores y familias enteras a depender del gota a gota."
El Precio Real: Tasas Exorbitantes y la Metodología Criminal del Cobro
Pero esa aparente solución tiene un costo desproporcionado que muy pocas personas entienden en el momento de la firma. Las tasas de interés del “gota a gota” operan en un rango documentado por la Encuesta de Endeudamiento de ANIF entre el 20% y el 40% mensual, aunque hay casos reportados que alcanzan hasta el 50% mensual.
Para dimensionar esta realidad, considere un ejemplo. Si un microempresario solicita un préstamo de $1.000.000 al 20% mensual, el prestamista espera recibir $1.200.000 en 30 días. Si la cuota diaria es de $40.000, el deudor estará devolviendo el capital más exactamente el mismo monto en intereses en un solo mes. Si el ciclo continúa, el costo anual efectivo supera el 240%, una cifra que estudios académicos en el país confirman. En empresas pequeñas, las tasas escalan aún más; Gloria Urueña señala que "actualmente microempresarios y tenderos pagan tasas del 500 y 600% anual" por un gota a gota, lo que representa una multiplicación de hasta 24 veces la tasa de usura legal.
La comparación con el sistema bancario formal es demoledora. Con corte al 10 de octubre de 2025, la Superintendencia Financiera de Colombia reportó que entidades como Itaú ofrecían créditos de consumo con una tasa promedio ponderada del 14,2% efectivo anual, Davivienda del 14,3%, y Banco Pichincha del 14,7%. Incluso un banco con tasas más altas como Santander, cobra 18,2% anual. Entre estos bancos y el “gota a gota”, la diferencia no es de algunos puntos porcentuales, sino de múltiplos completos. Si un banco cobra 14% anual, el prestamista informal cobra 240% a 666% en el mismo período.
¿Le suena familiar esta situación? Una comerciante bogotana que cayó en la trampa lo vivió en carne propia: "Pedí prestados 12 millones hace tres años. Hoy en día, después de hacer pagos constantes, debo más de 40 millones. Mis pagos van a intereses, casi nada al capital. Es como si nunca pagara nada."
De la Informalidad a la Intimidación: La Cobranza del "Gota a Gota"
La metodología de cobro es simple pero brutal. El prestamista establece un monto, una tasa de interés (generalmente mensual) y un sistema de pago conocido como “pago diario” o “cobro diario”. Un emisario llega cada día a la casa o negocio del deudor para recoger la cuota. Lo que empieza como un acuerdo se transforma cuando el deudor enfrenta una dificultad.
La Encuesta de Endeudamiento de ANIF indica que el 37,3% de los hogares y el 55% de las empresas con crédito informal tienen cargas financieras altas. En ese punto, la cobranza pasa de ser cotidiana a intimidatoria. Gloria Urueña advierte que estas mafias "cobran intereses adelantados, modifican las condiciones del préstamo sin previo aviso y utilizan métodos de cobro intimidantes que afectan no solo al deudor, sino a su entorno."
La Fiscalía General de la Nación registró en 2022 más de 1.000 denuncias relacionadas con “gota a gota”, aunque se estima que solo el 10% de los casos se denuncia por temor a represalias. El Concejal David Saavedra documentó el caso de una mujer en Bogotá con deudas con doce prestamistas distintos, quien no podía abrir su negocio por temor. “Durante el día, motocicletas rondan su casa dejándole mensajes intimidatorios debajo de la puerta y audios a su WhatsApp,” reportó.
La violencia puede escalar. Investigaciones de la UNODC han encontrado que estas estructuras utilizan el “gota a gota” para, simultáneamente, colocar dinero sucio en la economía y controlar territorios a través de la deuda y la intimidación. Tragedias como la de una madre que se quitó la vida junto a su hijo en Ibagué tras meses de amenazas, son un testimonio sombrío de este oscuro sistema.
Regulación vs. Anarquía: Por Qué el Sistema Formal Crea Exclusión
A diferencia del sistema financiero formal, vigilado por la Superintendencia Financiera de Colombia, los prestamistas informales operan en la ilegalidad total. No tienen supervisión de requisitos de capital, no están sujetos a límites de tasa de interés más allá de lo que establece el Código Penal sobre usura, no tienen mecanismos de reclamación ni mantienen registros públicos de sus operaciones.
La tasa máxima de usura en Colombia, calculada por la Superintendencia Financiera como 1,5 veces el Interés Bancario Corriente (IBC), se ubicó en 24,36% efectivo anual para crédito de consumo y ordinario en octubre de 2025. Legalmente, cobrar por encima es delito de usura. Sin embargo, el "gota a gota" opera deliberadamente fuera de este marco. La relación es informal, verbal, basada en una "confianza" que, en la práctica, se refuerza con la intimidación.
La paradoja es que el propio regulador y el sector financiero formal, al establecer mecanismos que buscan proteger a los consumidores, en la práctica profundizan la exclusión. ANIF advierte que "la regulación vigente, lejos de proteger a los consumidores, está limitando el acceso al crédito formal y profundizando la exclusión financiera de millones de colombianos."
Los principales obstáculos que enfrenta alguien en la economía informal para acceder a crédito formal son:
- Verificación de ingresos: Los bancos exigen comprobantes que un vendedor callejero o comerciante sin RUT no posee.
- Historial crediticio: Aparecer como "sin historial" es interpretado como riesgo, y los reportes negativos son barreras insuperables.
- Garantías: La población de bajos ingresos rara vez tiene acceso a las garantías reales (vivienda, vehículo) o codeudores que los bancos solicitan.
- Montos mínimos: Aunque existen líneas de "crédito popular", estas no siempre llegan a los más excluidos.
Un estudio de Asobancaria encontró que entre las razones para no solicitar crédito formal, el 38% de los consultados mencionó el desconocimiento de la oferta bancaria, el 25% las barreras en los trámites y el 20% los reportes en centrales de riesgo. El sistema financiero formal no solo es inaccesible por ley, sino que es percibido como inalcanzable.
Crédito Informal vs. Sistema Financiero: La Comparación Completa
La diferencia estructural entre ambas opciones se hace evidente en esta tabla comparativa, que desnuda la realidad de las opciones disponibles para millones de colombianos:
| Aspecto | Prestamista Informal ("Gota a Gota") | Banco Formal |
|---|---|---|
| Tasa de interés | 20-50% mensual (240-666% anual) | 14-18% efectivo anual (promedio) |
| Tiempo de aprobación | 24-48 horas | 5-15 días hábiles |
| Documentación requerida | Solo cédula | Cédula, comprobantes ingresos, referencias, certificados |
| Requisitos de ingresos | Ninguno declarado | Ingresos comprobables |
| Historial crediticio necesario | No se verifica | Se consulta a centrales de riesgo |
| Montos disponibles | Desde $50.000 | Desde $500.000 (generalmente) |
| Regulación supervisora | Ninguna | Superintendencia Financiera de Colombia |
| Proceso de cobro | Intimidación, amenazas, violencia posible | Legal, regulado, derecho del deudor |
| Protección al consumidor | Ninguna | Defensor del Consumidor Financiero, quejas ante SFC |
| Impacto en historial crediticio | No se reporta (no construye historial) | Se construye historial positivo |
| Viabilidad de salida | El deudor casi nunca logra salir | Posibilidad de mejora con buen comportamiento |
Esta tabla evidencia por qué alguien rechazaría al banco formal. Si necesita dinero urgentemente y no tiene documentación de ingresos ni historial crediticio, el banco es simplemente inaccesible. El prestamista informal es, en muchos casos, la única (y peligrosa) opción.
Recomendaciones para Navegar la Exclusión (y Buscar Alternativas Formales)
Dado que la exclusión financiera es una realidad en Colombia, muchas personas se enfrentarán a la decisión de acudir a prestamistas informales. Aunque la mejor recomendación es siempre buscar alternativas formales, si alguien está considerando un préstamo de fuente informal, debe tomar medidas para minimizar riesgos:
- Verificar la legitimidad (aunque sea limitadamente): Los prestamistas ilegales operan en la sombra, pero hay señales de alerta. La Superintendencia Financiera advierte regularmente sobre "falsos prestamistas" que se hacen pasar por entidades reguladas.
- Verifique en el sitio web oficial de la Superintendencia Financiera (www.superfinanciera.gov.co) si la entidad está registrada como vigilada.
- Si le ofrecen documentos con logo de la Superintendencia Financiera, denuncie: es claramente fraudulento.
- Consulte en el Registro Único Empresarial y Social (RUES) en www.rues.org.co si la persona tiene personería jurídica.
- Busque referencias verificables: ¿otros microempresarios han recurrido a esa persona?
- Leer y entender completamente los términos: Aunque frecuentemente los acuerdos son verbales, exija que le expliquen detalladamente:
- La tasa de interés exacta (mensual y el costo anual efectivo)
- El plazo del préstamo y el monto exacto que debe pagar en total (capital + intereses)
- El sistema de pago (cuotas diarias, semanales, mensuales)
- Qué sucede si no puede pagar en una fecha específica (aumento de intereses, métodos de cobro). Si es posible, pida que le dé algo por escrito.
- Calcular el costo real antes de aceptar: Realice un cálculo simple. Si pide $1.000.000 al 20% mensual, pagará $200.000 mensuales solo en intereses. En 12 meses, solo en intereses habrá pagado $2.400.000. ¿Puede su negocio generar esa ganancia adicional para cubrirlo? Compare este costo con el 14%-18% anual de un banco formal.
- Evitar el sobreendeudamiento: No asuma deuda informal si ya tiene otras deudas vencidas, si sus ingresos mensuales no pueden cubrir la cuota del nuevo crédito más sus gastos esenciales, o si no tiene un fondo de emergencia. Establezca un presupuesto claro.
- Denunciar si experimenta violencia o intimidación: Si es víctima de amenazas, cobro violento o extorsión:
- Denuncie ante la Fiscalía General de la Nación. La extorsión y la cobranza intimidante son delitos.
- Reporte a la Policía Nacional.
- Busque asesoría legal. No permita que le roben documentos, le ocupen bienes o le restrinjan la libertad.
Buscar Alternativas Formales Antes de Decidir
Antes de acudir a prestamistas informales, es crucial explorar las opciones que, aunque más exigentes, son seguras y legales:
- Fintech reguladas: Empresas como Addi, Lineru o Monet ofrecen crédito a través de plataformas digitales con requisitos menos estrictos que los bancos tradicionales, pero dentro del marco legal.
- Cooperativas de ahorro y crédito vigiladas: Organizaciones como Confiar, Coofinep o Crezcamos atienden a microempresarios y tienen una misión social.
- Programas gubernamentales: El Decreto 1068 de octubre de 2025 creó el Programa "Colombia se Transforma con Bancóldex" que ofrece créditos con condiciones especiales para la economía popular.
- Microfinanzas formales: Asomicrofinanzas agrupa 40 entidades que atienden específicamente a micronegocios, muchos de ellos informales.
- Iniciativas locales: Muchas alcaldías (como en Bogotá con "Ciérrale la llave al gota a gota") ofrecen líneas de crédito alternativas y asesoría.
El Gobierno Nacional, a través de Asobancaria y Banca de las Oportunidades, continúa realizando ferias donde los microempresarios pueden conectarse directamente con entidades financieras. No se autoexcluya.
La Respuesta Institucional: Avances y Desafíos en 2025
La gravedad del problema del “gota a gota” ha generado una respuesta institucional. En junio de 2025, la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes aprobó en primer debate el Proyecto de Ley 450 de 2024, que busca "reconocer, fortalecer, promover y fomentar la Economía Popular y Comunitaria." Esta iniciativa propone un Fondo Nacional de Economía Popular, acceso a microcréditos formales y seguros, subsidios productivos y acompañamiento técnico para personas excluidas.
Andrés Cancimance, uno de los autores del proyecto, ha señalado que "la economía popular no es un problema, hace parte de las dinámicas del mercado colombiano y hoy más que nunca necesita garantías." Además, en mayo de 2025, el Gobierno Nacional expidió el Decreto 573 que introdujo modificaciones a la regulación prudencial, permitiendo a los bancos ampliar su capacidad de colocación para productos de menor riesgo, como los créditos de libranza.
Sin embargo, expertos como Gloria Urueña advierten que estas medidas, aunque positivas, aún no son suficientes. "No hay hogar que pueda cubrir esas acreencias de intereses del gota a gota y es por eso que tantos colombianos se quiebran. La mejor forma de combatir a los agiotistas es incorporando a microempresarios al segmento formal, brindándoles herramientas que les permitan tomar mejores decisiones financieras," afirma.
Conclusión: La Urgencia de Cerrar la Brecha y Liberar a Colombia
El “gota a gota” no es un problema de educación financiera o de comportamiento individual; es el síntoma de una exclusión financiera sistemática que deja a casi el 65% de la población adulta colombiana sin opciones formales. Mientras esa brecha persista, la demanda por préstamos informales seguirá creciendo, alimentando redes criminales que cobran tasas de hasta 666% anual y que, como he visto en numerosos reportajes, destrozan familias y comunidades.
Las recomendaciones para los usuarios son útiles solo como una estrategia de daño controlado, no como una solución de fondo. La verdadera solución requiere que el sistema financiero formal amplíe dramáticamente su acceso, que los requisitos sean proporcionales al riesgo real (no a la falta de documentación), y que se reconozca que alguien sin historial crediticio no es inherentemente riesgoso, sino que simplemente no ha tenido la oportunidad.
En octubre de 2025, Colombia necesita urgentemente que sus 13 millones de adultos con crédito formal se conviertan en 30 millones, y que los 27 millones excluidos dejen de depender de prestamistas que cobran tasas de usura. Hasta que eso ocurra, historias como la de la comerciante que pidió 12 millones y termina debiendo 40, o la de familias enteras debilitadas por amenazas diarias, seguirán siendo la regla, no la excepción. El dinero fácil que prometen los prestamistas informales es, en realidad, la puerta de entrada a una cárcel invisible. Colombia sabe cómo cerrar esa puerta. Solo falta la voluntad política para hacerlo.
Fuentes: Superintendencia Financiera de Colombia, Banco de la República, ANIF (Asociación Nacional de Instituciones Financieras), Asobancaria, Asomicrofinanzas, Colcob (Asociación Colombiana de la Industria de la Cobranza), DANE, Cámara de Representantes de Colombia, Concejo de Bogotá, Fiscalía General de la Nación, DataCrédito Experian, organismos de investigación académica y testimonios de microempresarios y autoridades financieras.





