Crédito en Colombia 2025: Un Laberinto para los Reportados
CONTENIDO:
- Radiografía de la exclusión: Cifras que alarman
- El dilema de las tasas: Un techo que no siempre protege
- La banca tradicional: Una puerta entreabierta a cuentagotas
- El auge de las Fintech: Inclusión digital con letras pequeñas
- Las Cooperativas: Solidaridad bajo la lupa del riesgo
- Análisis crítico: Un sistema que perpetúa la exclusión
- Conclusión: Una inclusión incompleta y el camino por recorrer
- Soluciones de Crédito para Reportados: Fintech y Cooperativas en Colombia
El panorama crediticio para las personas con reportes negativos en centrales de riesgo en Colombia sigue siendo uno de los desafíos más complejos del sistema financiero. Mientras el Banco de la República mantiene su tasa de política monetaria en 9,25% desde abril de 2025, el impacto del endeudamiento pasado y la exclusión financiera permean la vida de millones de colombianos que buscan una segunda oportunidad.
¿Realmente existen opciones viables o el sistema los empuja hacia la informalidad, donde las tasas de usura alcanzan el escalofriante 666% anual?
Radiografía de la exclusión: Cifras que alarman
La realidad es que el acceso al crédito formal es un privilegio para pocos. Los datos más recientes de la Superintendencia Financiera de Colombia revelan que la cartera vencida con mora superior a 30 días ascendió a $33,5 billones en enero de 2025, una cifra que subraya la fragilidad del sistema. Aunque la tasa de calidad de cartera para el total del portafolio se ubicó en un aparente 4,7%, al sumar los castigos, este indicador se eleva a un preocupante 11,04%. Por modalidad, el microcrédito registró el mayor índice de morosidad con 8,8%, seguido de consumo con 6,9%.
Estas estadísticas son apenas la punta del iceberg de un problema más profundo: la exclusión. Según Datacrédito, si bien el 75% de los adultos colombianos han tenido acceso a crédito en algún momento, solo el 35,3% de la población adulta accede a productos crediticios formales. He cubierto casos donde esta brecha es palpable, dejando a familias y pequeños negocios sin alternativas. Mientras tanto, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) documentó que el 37,3% de los hogares y el 55% de las empresas recurren al crédito informal, un mercado donde las tasas del "gota a gota" son criminales: 382,2% para hogares y 666,5% para empresas. Esta disparidad es una sentencia para muchos, atrapándolos en un ciclo de deuda insostenible.
El dilema de las tasas: Un techo que no siempre protege
La Superintendencia Financiera certificó que para noviembre de 2025, la tasa de usura para créditos de consumo y ordinario alcanzaría 24,99% efectivo anual, un incremento de 63 puntos básicos respecto a octubre. Esta cifra representa 1,5 veces el Interés Bancario Corriente (IBC), que se ubicó en 16,66% para el mismo período. La tasa de usura, como límite máximo de interés permitido legalmente, busca proteger al consumidor, pero, paradójicamente, restringe el crédito para personas de alto riesgo. Para un reportado buscando un préstamo de consumo, las tasas promedio ofrecidas por la banca tradicional se mueven entre 20% y 25% E.A., mientras que las fintechs pueden llegar hasta el máximo permitido.
Recordemos que la Superintendencia Financiera de Colombia ha certificado tasas mucho más elevadas para otras modalidades, como el crédito productivo urbano (56,10%) y el popular productivo urbano (89,43%). Esto significa que el "riesgo" del prestatario se monetiza de formas muy distintas, llevando a los reportados a un segmento con condiciones más duras.
La banca tradicional: Una puerta entreabierta a cuentagotas
Para aquellos que están reportados, las entidades bancarias tradicionales son una opción, pero con condiciones muy específicas que pocos pueden cumplir. No es un acceso amplio, sino una rendija.
- Bancolombia: Prioriza los créditos por libranza, donde el descuento se realiza directamente de la nómina o pensión. Con una tasa promedio ponderada de 20,25% E.A. y montos entre $100.000 y $1.000.000, requiere que el cliente esté vinculado laboralmente a una empresa con convenio activo. Para reportados, esta es casi la única vía bancaria viable, pero exige ingresos fijos y documentables, además de un historial que, si bien no es impecable, muestre un esfuerzo por sanear deudas anteriores.
- Davivienda: Presenta un panorama menos favorable. Con tasas de crédito de libre inversión promediando 22,07% E.A. en 2025, su política es restrictiva con reportados. Exige un buen historial crediticio y una evaluación financiera positiva, lo que automáticamente excluye a quienes tienen un reporte negativo sin acuerdo de pago o paz y salvo.
- Banco de Bogotá: Ofrece créditos de libranza desde $500.000 con descuento directo de nómina o pensión. Con tasas de 25,34% E.A., cercanas al techo de usura, puede ser una opción más accesible para reportados empleados o pensionados. No obstante, requiere que el empleador tenga un convenio vigente con la entidad, una limitación significativa.
- Banco AV Villas: Se posiciona como una alternativa intermedia, con tasas desde 18,10% E.A.. También ofrece créditos de libranza desde $500.000, pero exige convenio con el empleador y experiencia crediticia verificable, lo que no siempre se alinea con la realidad de un reportado.
En esencia, la banca tradicional tiende a considerar a los reportados como de alto riesgo, lo que se traduce en requisitos rigurosos y productos muy específicos. Las entrevistas con usuarios revelan que, si bien estas opciones existen, a menudo son inalcanzables para la mayoría de quienes más las necesitan.
El auge de las Fintech: Inclusión digital con letras pequeñas
Las plataformas digitales han emergido como un salvavidas para personas reportadas, ofreciendo un camino más flexible, aunque no exento de condiciones que merecen un análisis crítico.
- Lulo Bank: El primer banco 100% digital de Colombia, ha logrado diferenciarse al no descartar a los reportados de su proceso de evaluación. Ofrece créditos evaluando factores alternativos como ingresos estables y estabilidad laboral. Sus tasas oscilan entre 1,5% y 19,75% E.A., y sus requisitos son accesibles: nacionalidad colombiana, edad entre 21 y 65 años, ingresos superiores a $2 millones y un teléfono móvil compatible. Sin embargo, la aprobación final depende del monto de la deuda, el período de reporte y la capacidad de pago, lo que demuestra que el riesgo sigue siendo un factor determinante.
- RapiCredit y Lineru: Operan como microcréditos de emergencia, con montos menores ($100.000 a $750.000) y plazos ultracortos (máximo 30 días). Ambas cobran tasas cercanas al máximo permitido (24,99% E.A.) y no requieren consulta tradicional a Datacrédito, evaluando en cambio ingresos, documento de identidad, estrato y motivo del préstamo.
El problema con estas plataformas, como he visto en muchos casos, es que pueden generar un ciclo de deuda de corto plazo. Una persona que pide $300.000 a 30 días con una tasa del 24,99% E.A., termina pagando aproximadamente $308.000 al mes siguiente. Si incumple, el ciclo se repite: un nuevo reporte negativo, profundizando su exclusión en lugar de resolverla estructuralmente. Es una solución inmediata que a menudo no construye una salud financiera a largo plazo.
Las Cooperativas: Solidaridad bajo la lupa del riesgo
Las cooperativas, por su naturaleza de economía solidaria, a menudo son percibidas como un refugio para quienes la banca tradicional ignora. Y en algunos casos, lo son, aunque también con sus propios filtros.
- Confiar Cooperativa Financiera: Posee una tasa promedio de 15,50% E.A., la más competitiva de nuestro análisis. Su modelo basado en una evaluación integral del contexto financiero, ingresos y proyecciones de pago la hace más receptiva a reportados que los bancos. Ofrece plazos hasta 60 meses y, en algunos casos, no exige codeudor. No obstante, requiere afiliación previa (con un aporte inicial aproximado de $50.000), una barrera de entrada para quienes necesitan acceso inmediato.
- Fincomercio: Opera bajo el modelo de ahorro y crédito cooperativo. Para crédito de libre inversión, financia desde montos variables hasta 96 meses. Sin embargo, exige continuidad laboral mínima de 6 meses y, crucialmente, buen reporte en centrales de riesgo. Esto último cierra la puerta a reportados con historiales graves, contradiciendo la percepción de "segundas oportunidades".
- Coomeva: Integrada en el ecosistema de Bancoomeva, ofrece productos como el Crédito Solidario, diseñado específicamente para personas que "atraviesan revés financiero" y no califican en el sector financiero tradicional. Sin embargo, para acceder, se debe ser asociado activo con antigüedad mínima y cumplir con obligaciones previas con la cooperativa.
La experiencia de Sandra Ríos, de Medellín, quien me comentó: "Cuando me reportaron pensé que no tendría más acceso a préstamos. Sin embargo, encontré una cooperativa que me ayudó a obtener uno, lo cual fue crucial para estabilizar mi situación financiera", ilustra que estas opciones pueden funcionar. Sin embargo, la paradoja cooperativa es que, siendo instancias de economía solidaria, también terminan sometidas a evaluaciones crediticias tradicionales. Un reportado que busca un Crédito Solidario en Coomeva aún debe demostrar capacidad de pago y no tener sanciones previas en la entidad. La "solidaridad" tiene sus límites y, a menudo, sus propios requisitos de "buen comportamiento".
Obstáculos y requisitos: Un laberinto para el reportado
Para personas reportadas que buscan acceso crediticio formal en 2025, los obstáculos se multiplican, creando un verdadero laberinto burocrático y financiero.
- El Paz y Salvo: Muchas entidades exigen demostrar que la deuda anterior ha sido pagada. Un paz y salvo es un certificado oficial que comprueba el cumplimiento de obligaciones. Sin embargo, para obtenerlo, se debe tener dinero para pagar la deuda completa, un requisito circular que atrapa a millones en la exclusión.
- La Antigüedad en Reportes: Mientras un reporte negativo por incumplimiento menor a 2 años permanece el doble del tiempo de mora en centrales de riesgo, los incumplimientos superiores a 2 años pueden estar hasta 4 años. Una persona reportada por mora de 3 años en 2022 aún aparecerá como riesgosa hasta 2026, aunque haya normalizado su situación. Este lapso es crucial y a menudo desconocido.
- Acuerdos de Pago: La Ley 1380 de 2010 permite la negociación de deudas, requiriendo la aprobación de dos o más acreedores que representen más del 50% del capital. Durante el trámite, se suspenden intereses, pero el acreedor mantiene el derecho de embargo si hay incumplimiento. Esto significa que, aunque la persona logre un acuerdo, queda bajo vigilancia legal permanente.
- La Documentación Exigida: Los empleados requieren certificación laboral reciente, las tres últimas nóminas y extractos bancarios; los independientes necesitan declaración de renta, estados de cuenta y certificación de ingresos. Para reportados informales, estas exigencias son prácticamente prohibitivas.
He visto de primera mano cómo estas barreras, aparentemente lógicas para las entidades, se convierten en muros infranqueables para quienes ya están en una situación vulnerable.
¿Le suena familiar esta carrera contra reloj para reunir papeles que muchas veces no se tienen?
Consecuencias legales: Más allá del reporte
No pagar un crédito en Colombia no es simplemente un problema financiero; es un problema legal con repercusiones patrimoniales severas. Una vez en mora, los bancos contactan al deudor para negociar; si no hay respuesta, inician cobranza interna y, posteriormente, procesos ejecutivos que pueden resultar en embargo de salarios, cuentas bancarias o propiedades. El "procedimiento ejecutivo" bajo el Código General del Proceso (Ley 1564 de 2012) permite al acreedor buscar intervención judicial rápidamente, sin necesidad de juicios ordinarios. Esto significa que una persona reportada con capacidad limitada de pago enfrenta no solo reportes negativos, sino el riesgo concreto de perder bienes.
Adicionalmente, el reporte en centrales de riesgo puede durar entre 1 y 4 años, afectando futuras oportunidades laborales, arrendatarias y crediticias. Empresas revisan Datacrédito antes de contratar, arrendadores consultan históricos, y cualquier solicitud de crédito futuro es rechazada o aprobada a tasas punitorias. Es una mancha que va más allá de lo económico, afectando el tejido social y personal del individuo.
Análisis crítico: Un sistema que perpetúa la exclusión
El ecosistema crediticio colombiano, lejos de ser un motor de inclusión, a menudo genera un ciclo perverso que atrapa a los más vulnerables:
- La exclusión genera informalidad: Sin acceso al crédito formal, las personas recurren al "gota a gota" (con sus tasas del 382-666% anual), que inevitablemente incumple cuando las deudas se vuelven impagables.
- El incumplimiento genera reporte: Una vez reportado, la banca tradicional cierra casi todas las puertas, salvo productos de libranza o plazos ultracortos con condiciones muy específicas.
- El reporte perpetúa la exclusión: Un reportado permanece excluido del sistema formal entre 1 y 4 años, un período durante el cual no recibe oportunidades reales de recuperación crediticia.
Las fintechs, aunque celebradas por su innovación, a menudo atienden el síntoma, no la causa. RapiCredit, Lineru y similares ofrecen microcréditos a 30 días que generan nuevas deudas si hay incumplimiento, empeorando la situación crediticia. La Superintendencia Financiera misma reconoce que "la tasa de usura, lejos de proteger, profundiza la exclusión financiera". La propuesta de Anif de modificar el cálculo de la usura (basarlo solo en consumo y no en comercial) podría ampliar el acceso, pero requeriría cambios regulatorios que enfrentan resistencia política.
Tabla Comparativa: Un vistazo a las opciones para reportados
Para ofrecer una visión clara, he compilado una tabla con las condiciones generales de las entidades que, de alguna manera, abren sus puertas a personas reportadas en Colombia:
| Entidad | Tasa de Interés Promedio (E.A.) | Monto Mínimo | Requisitos Clave para Reportados |
|---|---|---|---|
| Bancolombia | 20.25% | $100.000 | Libranza (convenio empleador), ingresos fijos, acuerdo de pago. |
| Lulo Bank | 1.5% - 19.75% | No especificado, varía | Ingresos estables ($2M+), estabilidad laboral, evaluación alternativa. |
| Confiar Cooperativa | 15.50% | Variable | Afiliación (aporte inicial $50.000), evaluación de contexto financiero. |
| Banco de Bogotá | 25.34% | $500.000 | Libranza (convenio empleador), empleado o pensionado. |
| RapiCredit/Lineru | 24.99% (cercano) | $100.000 | Ingresos, documento identidad, estrato, plazos cortos (30 días). |
Como se puede observar, las tasas y los requisitos varían sustancialmente, reflejando el riesgo percibido por cada entidad y la modalidad del crédito.
Conclusión: Una inclusión incompleta y el camino por recorrer
Para 2025, las opciones de crédito para reportados en Colombia existen, pero están lejos de ser soluciones estructurales. Bancolombia, Banco de Bogotá y AV Villas ofrecen libranza con muchas restricciones; Lulo Bank evalúa criterios alternativos que abren una ventana; RapiCredit y Lineru proveen microcréditos de emergencia que pueden ser un arma de doble filo; y cooperativas como Confiar mantienen puertas ligeramente más abiertas con requisitos de afiliación y evaluación rigurosa. En mi trayectoria cubriendo este sector, he visto cómo estas opciones, aunque valiosas para algunos, no resuelven la raíz del problema.
Millones de colombianos permanecen excluidos del sistema crediticio formal, condenados a tasas de usura en mercados clandestinos o a endeudamiento con ciclos cortos insostenibles. La verdadera inclusión financiera requeriría no solo más entidades, sino una revisión profunda de tasas de usura, criterios de evaluación y mecanismos de recuperación para personas en situación de vulnerabilidad. Mientras eso no suceda, el reportado colombiano seguirá buscando soluciones entre bancos que lo rechazan, fintechs que lo atrapan en ciclos de deuda, y cooperativas que le cierran puertas tras barreras de afiliación. El acceso existe; la verdadera oportunidad para una recuperación financiera sostenible, sigue siendo un lujo al que pocos pueden aspirar.





