Cooperativas de Crédito 2025: El Pilar Olvidado de la Inclusión Financiera en Colombia
CONTENIDO:
- Las cooperativas: ¿por qué son la brújula financiera en 2025?
- Reportados en centrales de riesgo: una segunda oportunidad real
- Tasas de interés y condiciones: ¿un alivio en la economía actual?
- El proceso para obtener un crédito: más allá del formulario
- Antes de firmar: ¿qué preguntas cruciales debe hacerse?
- El marco regulatorio: seguridad y confianza para los ahorradores
- El balance social: la rentabilidad que va más allá del número
- Desafíos y la visión de futuro para 2025
- Un pilar de inclusión y desarrollo para Colombia
- Guía Completa de Cooperativas de Crédito y Regulación Financiera
En un país donde aproximadamente el 30% de los colombianos aún carece de acceso a servicios financieros formales, las cooperativas de ahorro y crédito se erigen como protagonistas de una revolución silenciosa pero profunda. Con una cartera que supera los 27,28 billones de pesos durante el primer semestre de 2025, registrando un incremento del 3,56% frente al mismo período de 2024, el sector solidario colombiano muestra una resiliencia notable. Para octubre de 2025, estas cifras consolidan a las cooperativas no solo como intermediarias financieras, sino como motores vitales de inclusión económica, especialmente en territorios donde la banca tradicional ha optado por no operar.
Los datos de la Federación Colombiana de Cooperativas de Ahorro y Crédito y Financieras (Fecolfin) revelan que este crecimiento, aunque moderado, contrasta significativamente con la tendencia negativa del sistema financiero tradicional, que en enero de 2025 registraba su vigésimo segundo mes consecutivo de contracción real anual. Es un indicio claro de dónde se está generando la verdadera dinamización del crédito.
Las cooperativas: ¿por qué son la brújula financiera en 2025?
La esencia del modelo cooperativo radica en su carácter solidario y comunitario, operando bajo principios que lo diferencian fundamentalmente de las entidades financieras tradicionales. No son meros proveedores de crédito; son organizaciones conformadas por sus propios asociados, quienes no solo acceden a servicios, sino que también participan en su gobernanza y beneficios. Esto se traduce en una atención más humana y condiciones de crédito adaptadas a las realidades de sus miembros.
Con 3,8 millones de asociados distribuidos en el 41,74% de los municipios colombianos, las cooperativas de ahorro y crédito ofrecen la única alternativa de acceso a crédito formal en comunidades donde la banca tradicional considera que no hay mercado viable. Hablamos de zonas rurales y ciudades intermedias donde una cooperativa no es un complemento del sistema financiero, sino la puerta de entrada para miles de familias y pequeñas empresas que, de otra forma, quedarían marginadas.
El crecimiento sostenido detrás de la inclusión
El impulso decisivo para el sector cooperativo llegó con la firma del "Pacto por la Democratización del Crédito Solidario" en octubre de 2024, liderado por la Superintendencia de la Economía Solidaria. Los resultados son contundentes: entre octubre de 2024 y julio de 2025, las cooperativas de ahorro y crédito realizaron 86.765 operaciones crediticias, lo que representa un crecimiento del 19% en operaciones de crédito, mientras que el sector financiero tradicional crecía solo al 6%.
Los desembolsos en crédito popular y productivo alcanzaron 1,185 billones de pesos, un incremento del 33% comparado con los meses previos a la firma del pacto. Más significativo aún es el destino de estos recursos: el 97% de los desembolsos se concentró en estratos 1, 2 y 3, evidenciando que las cooperativas cumplen con su misión esencial de atender a las poblaciones históricamente excluidas. Es en este punto donde la promesa de la inclusión financiera se materializa, ofreciendo oportunidades donde los grandes bancos no llegan.
Reportados en centrales de riesgo: una segunda oportunidad real
Uno de los argumentos más poderosos a favor de las cooperativas radica en su disposición a trabajar con personas reportadas en centrales de riesgo como Datacrédito. Mientras los bancos cierran sus puertas ante un reporte negativo, cooperativas como Confiar, Coomultrasan, JFK y Cultural Andino evalúan cada solicitud con criterios más flexibles y contextuales. La realidad que he documentado en el terreno es que los reportes negativos no siempre reflejan una incapacidad de pago actual, sino a menudo un traspié puntual en el pasado.
Esta práctica no implica ausencia de rigor; significa evaluar no solo el historial financiero, sino las causas del incumplimiento previo, los cambios en la situación personal y la demostración actual de capacidad de pago. Un desempleado que ahora tiene ingresos estables, un trabajador informal que accedió a estabilidad laboral, o una persona que enfrentó una crisis familiar pero ya la superó, encuentran segundas oportunidades que el sistema tradicional niega sistemáticamente. Mariela Gutiérrez, una usuaria de Bogotá, compartió su experiencia en un foro de cooperativas: "Después de un mal giro financiero, los bancos me cerraron todas las puertas. Una cooperativa no solo me facilitó un crédito, sino que me ofreció asesoría para regular mis finanzas. Hoy he podido salir de las deudas gracias a esa oportunidad."
Tasas de interés y condiciones: ¿un alivio en la economía actual?
Aunque la tasa máxima legal permitida para julio de 2025 alcanzó el 1,86% mensual, la más baja registrada desde 2011, las cooperativas mantienen tasas promedio significativamente más atractivas que sus competidores bancarios en segmentos similares. Según datos de la Superintendencia Financiera con corte al 10 de octubre de 2025, Confiar ofrecía créditos de libre inversión desde el 1,54% mensual (20,25% efectivo anual), posicionándose entre las entidades con tasas más competitivas del mercado. En microcrédito, la tasa iniciaba desde 1,69% mensual (22,30% EA). Para crédito de vivienda, Confiar ofrecía desde 0,93% mensual (11,75% EA), cifras que reflejan el compromiso cooperativo con la accesibilidad financiera.
Comparativamente, cooperativas como Coopcentral registraban una tasa promedio ponderada de 16,9% EA para consumo (octubre 2025), muy por debajo de instituciones como Lulo Bank (24,31%) o Coltefinanciera (24,31%) en el mismo período. Este diferencial no es cosmético: en un crédito de 5 millones de pesos a 36 meses, la diferencia entre pagar al 16,9% versus 24% representa cientos de miles de pesos en intereses acumulados. ¿Se ha preguntado cuánto podría ahorrar?
Un vistazo a las tasas comparativas (octubre 2025)
| Entidad | Tasa Libre Inversión EA (aprox.) | Tasa Microcrédito EA (aprox.) | Comentarios |
|---|---|---|---|
| Confiar | 20.25% | 22.30% | De las más competitivas del mercado. |
| Coopcentral | 16.9% | N/A | Tasa promedio ponderada en consumo. |
| Banca Tradicional (promedio) | 24% - 30% | 24% - 30% | Para segmentos similares de consumo. |
Los datos muestran una ventaja clara para los asociados en cooperativas, especialmente en un contexto de inflación y tasas de interés elevadas.
El proceso para obtener un crédito: más allá del formulario
Acceder a un crédito cooperativo implica un proceso generalmente sencillo y bastante inclusivo, aunque puede variar ligeramente entre entidades. El primer paso crucial es la afiliación como asociado. Esto no solo significa un requisito, sino una invitación a ser parte activa de la organización. Implica realizar un aporte inicial, que típicamente oscila entre 20.000 y 100.000 pesos, y que constituye el capital social del asociado. Este aporte no es una pérdida; es una participación accionaria en la organización, generando derecho a participar en los excedentes y tener voz en las decisiones.
Luego viene la fase de documentación, que busca demostrar la capacidad de pago del solicitante. Generalmente, se requiere documento de identidad, comprobante de ingresos (que puede ser informal o a través de referencias), referencias personales, y en algunos casos, un codeudor. Para empleados, se solicita certificación laboral no mayor a 30 días; para independientes, declaración de renta o cámara de comercio; para jubilados o pensionados, certificación de ingresos; y para amas de casa, pueden solicitarse certificaciones de otros ingresos del hogar. Esta flexibilidad es, francamente, revolucionaria comparada con los protocolos bancarios rígidos que exigen formatos específicos y periodos de antigüedad imposibles para la población vulnerable. Las historias de éxito que he documentado demuestran que, a diferencia de los bancos donde este proceso puede tomar semanas, en cooperativas puede resolverse en días.
Continúa el análisis crediticio, una evaluación de riesgo que considera historia laboral, ingresos demostrados, referencias y estabilidad social. Las cooperativas pueden acceder a información de centrales de riesgo, pero no se limitan a ella, ofreciendo una visión más holística del solicitante. Finalmente, la aprobación implica la firma del contrato, el establecimiento de cuotas y plazos, y el desembolso, que puede ocurrir en menos de una semana desde la solicitud inicial. No es un algoritmo quien decide; es una persona que entiende contextos locales y economías emergentes.
Antes de firmar: ¿qué preguntas cruciales debe hacerse?
Antes de comprometerse con una cooperativa, es imperativo que el potencial asociado considere varios factores para evitar sorpresas y asegurar una buena relación financiera a largo plazo. La clave reside en la diligencia y la transparencia mutua.
- ¿Es verdaderamente cooperativa y está vigilada? La Superintendencia de la Economía Solidaria supervisa aproximadamente 4.000 cooperativas, pero el universo registrado en cámaras de comercio es de 10.500. Es crucial verificar que la entidad figure en los listados oficiales de la Supersolidaria.
- ¿Entiendo realmente los términos y condiciones? Las cooperativas deben explicar con claridad las tasas de interés, plazos, comisiones (si las hay) y sanciones por incumplimiento. No debe haber letra pequeña. Solicite la documentación escrita antes de firmar cualquier compromiso.
- ¿Puedo cumplir puntualmente? La puntualidad en los pagos es crítica. Aunque las cooperativas sean más flexibles en el acceso, los retrasos acumulados pueden resultar en reportes a centrales de riesgo, mora, castigo del crédito e incluso acciones de cobranza. Las tasas competitivas asumen un comportamiento de pago disciplinado.
- ¿Qué sucede si enfrento dificultades? Cooperativas como Confiar, por ejemplo, ofrecen asesoría financiera gratuita a sus asociados. Antes de caer en mora, comuníquese proactivamente. Muchas cooperativas están dispuestas a ofrecer reestructuraciones, ampliaciones de plazo o reducción temporal de cuotas en casos de dificultad genuina.
- ¿Participo en la gobernanza? Como asociado, usted tiene derecho a participar en las asambleas, elegir juntas directivas y fiscalizar la gestión. Este involucramiento es la mejor garantía de transparencia y de que la cooperativa seguirá actuando en beneficio de sus miembros.
El marco regulatorio: seguridad y confianza para los ahorradores
Es fundamental comprender que las cooperativas que ofrecen préstamos en Colombia operan bajo un marco regulatorio robusto. La Ley 454 de 1998, norma marco del sector solidario, establece los principios fundamentales, crea la Superintendencia de la Economía Solidaria como órgano de supervisión e instituye garantías específicas para proteger a los ahorradores. Esta supervisión es vital para generar confianza y estabilidad en el sistema.
Una de esas garantías clave es FOGACOOP (Fondo de Garantías de Entidades Cooperativas), entidad que asegura los depósitos y ahorros de los cooperativistas. En septiembre de 2024, FOGACOOP amplió su cobertura de seguro a 50 millones de pesos por ahorrador, cubriendo así al 98% de los depositantes en cooperativas inscritas. Esta garantía, que no existe para todas las entidades financieras informales, significa que en caso de liquidación de una cooperativa por dificultades financieras, FOGACOOP reembolsa automáticamente los depósitos hasta ese límite.
Regulatoriamente, las cooperativas pueden ser de dos tipos: vigiladas por la Superintendencia de la Economía Solidaria (Cooperativas de Ahorro y Crédito - CACs, y multiactivas con sección de ahorro y crédito) o por la Superintendencia Financiera (cooperativas financieras con estatus de establecimientos de crédito). Ambas están sometidas a inspección permanente, auditorías, reportes de riesgos y regulación prudencial, lo que brinda un alto nivel de seguridad al usuario. De hecho, al cierre de junio de 2025, la calidad de la cartera cooperativa mostraba indicadores manejables: las CACs registraban una morosidad de aproximadamente 6% (incluida mora mayor a 30 días), cifra controlada considerando la volatilidad macroeconómica del país y, en muchos casos, inferior a la del sistema financiero tradicional en segmentos comparables.
El balance social: la rentabilidad que va más allá del número
Un elemento diferenciador y a menudo poco visibilizado de las cooperativas es el Balance Social. Esta herramienta mide no solo los resultados financieros, sino también el impacto social y ambiental generado. Mientras los bancos reportan utilidades y utilidades por acción, las cooperativas cuantifican los beneficios transferidos a las comunidades, el empleo generado, la educación brindada y los proyectos comunitarios apoyados. Es una forma de "contabilidad" que va más allá del PIB y las ganancias puramente económicas.
En 2023, las cooperativas colombianas generaron 463 mil millones de pesos en excedentes, de los cuales transfirieron cooperativamente cuatro pesos de beneficio por cada peso de ganancia neta. Esa diferencia fundamental explica por qué las cooperativas permanecen activas en municipios donde los bancos se retiran: su rentabilidad se mide también en inclusión económica, bienestar social y desarrollo territorial, no únicamente en márgenes accionarios.
Desafíos y la visión de futuro para 2025
Pese a sus fortalezas innegables, el sector cooperativo enfrenta retos significativos. El acceso a fondeo sigue siendo limitado; los bancos de segundo piso (Bancóldex, Finagro, FNG) históricamente han diseñado productos con requisitos que las cooperativas pequeñas no siempre cumplen. Si bien el Pacto por la Democratización del Crédito busca solucionar esto mediante líneas especiales de redescuento, la implementación efectiva requiere tiempo y coordinación interinstitucional.
La competencia de tasas interbancarias también presiona los márgenes cooperativos. Cuando la liquidez en el sistema es abundante, como ocurre en 2025, los bancos pueden ofrecer créditos a tasas que las cooperativas no siempre pueden sostener sin sacrificar su rentabilidad. Esto ralentiza su expansión en ciudades grandes donde compiten directamente con la banca tradicional. Además, la carga regulatoria desproporcionada afecta especialmente a las cooperativas pequeñas; algunos requisitos de reportería y cumplimiento, diseñados para entidades grandes, resultan ineficientes para organizaciones con menos de 1.000 asociados. Afortunadamente, reformas normativas en curso buscan una mayor proporcionalidad regulatoria, ajustando las exigencias al tamaño y la complejidad de cada cooperativa.
La innovación tecnológica es, sin duda, imperativa. Aunque cooperativas líderes como Confiar ofrecen agencias virtuales y canales digitales, muchas aún operan con tecnología rezagada. La inversión en plataformas digitales robustas, seguridad cibernética y canales transaccionales eficientes es crítica para competir en la economía digital. Para octubre de 2025, el sector cooperativo colombiano atraviesa una fase de consolidación. El crecimiento del 3,56% en la cartera del primer semestre se proyecta mantenerse, impulsado por la continuidad del Pacto por la Democratización del Crédito, que se extiende hasta julio de 2025 y proyecta una ampliación.
Las inversiones en seguridad transaccional, la expansión de canales digitales y el fortalecimiento del capital social de las cooperativas pequeñas son prioridades para el período 2025-2026. La Superintendencia de la Economía Solidaria ha modernizado su plataforma de reporte (SICSES), facilitando que las cooperativas carguen información en tiempo real, mejorando la supervisión y la identificación temprana de riesgos. El reconocimiento de 2025 como el "Año Internacional de las Cooperativas" por Naciones Unidas amplifica la visibilidad de este modelo, atrayendo a potenciales asociados que buscan alternativas al sistema financiero tradicional y desean participar en empresas con gobernanza democrática.
Un pilar de inclusión y desarrollo para Colombia
Las cooperativas de crédito en Colombia no son entidades residuales ni marginales; son componentes estructurales de un sistema financiero plural. Para millones de colombianos en estratos bajos, en zonas rurales y en la economía informal, son la diferencia entre el acceso y la exclusión financiera. Sus tasas más competitivas, procesos más flexibles, atención personalizada y compromiso con la inclusión las diferencian de los bancos tradicionales.
El marco regulatorio robusto, que incluye la supervisión especializada de la Superintendencia de la Economía Solidaria y la protección de los ahorradores mediante FOGACOOP, garantiza seguridad y confianza. Además, el modelo cooperativo transfiere un valor significativo a sus asociados mediante el balance social y la participación accionaria, no solo al capital externo. Con 7 millones de asociados, una cartera de crédito cooperativa que supera los 27 billones de pesos, presencia en el 41% de los municipios nacionales y un crecimiento del 19% en operaciones crediticias durante el Pacto por la Democratización, las cooperativas de 2025 son un motor fundamental de reactivación económica y un pilar irremplazable en la construcción de una Colombia más inclusiva y equitativa.





