Compra de Cartera en Colombia 2025: Un Análisis Crítico
CONTENIDO:
- El Laberinto del Endeudamiento: ¿Qué Muestran las Cifras de 2025?
- Tasas de Interés: ¿Un Alivio Genuino o Solo un Espejismo?
- Requisitos y el Velo de la Informalidad: Acceder a la Compra de Cartera en Bancolombia
- Canales y Tiempos: La Promesa de Agilidad vs. la Realidad Administrativa
- Beneficios Promocionados: Entre la Ventaja Real y el Marketing Financiero
- La Compra de Cartera: ¿Solución o Perpetuación del Ciclo de Endeudamiento?
- Contexto Macroeconómico: ¿Por Qué Bancolombia Promociona Compra de Cartera en 2025?
- Impacto a Largo Plazo: La Deuda como Reflejo de Realidades Sociales
- Conclusiones y Recomendaciones para un Endeudamiento Consciente
- Guía Completa de Compra de Cartera en Bancolombia: Requisitos, Tasas y Procesos
Colombia enfrenta un panorama económico en octubre de 2025 con desafíos persistentes. La Superintendencia Financiera de Colombia certifica una inflación anual del 5,18%, lejos de la meta del 3% del Banco de la República, y el interés bancario corriente para crédito de consumo ordinario se sitúa en 16,24% efectivo anual. En este entorno, la compra de cartera se presenta como un salvavidas para muchos hogares, un mecanismo diseñado para consolidar deudas y, en teoría, ofrecer un respiro. Sin embargo, un análisis periodístico riguroso revela que su efectividad es a menudo un espejismo, especialmente cuando se confronta con la salud financiera real del país.
El Laberinto del Endeudamiento: ¿Qué Muestran las Cifras de 2025?
La carga financiera sobre los hogares colombianos ha alcanzado niveles sin precedentes en este 2025. Datos de la Superintendencia Financiera revelan un alarmante incremento del 9,8% en la deuda promedio de los hogares solo en el primer semestre. Esta cifra no solo subraya una tendencia preocupante, sino que también sugiere que el problema no radica tanto en la adquisición de nuevos créditos, sino en la capitalización de intereses y el crecimiento de obligaciones preexistentes. Las familias, en promedio, mantienen entre 2,5 y 2,6 deudas, un número relativamente estable, lo que enfatiza la profundización del endeudamiento individual.
El Banco de la República, en su Reporte de Estabilidad Financiera del primer semestre de 2025, señaló que el apalancamiento de los hogares se contuvo en 2024, pero anticipa que esta tendencia de desaceleración es frágil y podría revertirse. Las señales sobre la relación deuda-ingreso (DTI), un indicador clave que mide el porcentaje de ingresos mensuales destinado a obligaciones financieras, son contradictorias: mientras algunos bancos han mantenido posturas restrictivas para el crédito de consumo, otras entidades, en búsqueda de cuota de mercado, han comenzado a flexibilizar sus exigencias, lo que podría alimentar un ciclo de mayor endeudamiento.
Un hecho que he cubierto en diversas ocasiones y que me parece particularmente revelador es cómo los hogares con ingresos por debajo de un Salario Mínimo Mensual Legal Vigente (SMMLV) acumulan deudas que, en promedio, equivalen hasta a 3,7 salarios mínimos. Esta cruda realidad expone la vulnerabilidad de los segmentos de menores ingresos, quienes, irónicamente, son a menudo los principales solicitantes de productos como la compra de cartera, buscando un alivio que en ocasiones solo aplaza el problema.
Tasas de Interés: ¿Un Alivio Genuino o Solo un Espejismo?
La Superintendencia Financiera certificó para octubre de 2025 una tasa de usura de 24,36% efectivo anual, una reducción de 65 puntos básicos respecto a septiembre. Si bien esta disminución se presenta como un “respiro” para los deudores, la complejidad subyacente requiere una mirada más profunda. El Banco de la República mantiene su tasa de intervención en 9,25%, inalterada desde mayo de 2025, reflejando una postura cautelosa ante la persistencia inflacionaria. ¿Le suena familiar esta aparente calma que no se traduce en un cambio profundo en el bolsillo?
Para la compra de cartera específicamente, Bancolombia ofrece tasas que rondan el 14,44% efectivo anual. Esto la posiciona como una alternativa más favorable que sus propios créditos de libre inversión, que promedian 17,41% en el sistema financiero. Sin embargo, este aparente beneficio no es universalmente accesible. Entidades como el Banco Agrario (10,30%), Banco Serfinanza (12,55%) y Banco Coopcentral (14%) ofrecen tasas aún más bajas, creando una brecha de acceso que depende en gran medida del perfil crediticio del cliente y el tipo de entidad con la que se interactúa.
Comparativa de Tasas de Compra de Cartera (Octubre 2025)
| Entidad Financiera | Tasa Efectiva Anual (EA) | Observación |
|---|---|---|
| Banco Agrario | 10,30% | Generalmente para sectores específicos o con convenios. |
| Banco Serfinanza | 12,55% | |
| Banco Coopcentral | 14,00% | |
| Bancolombia | 14,44% | Oferta para compra de cartera, mejor que su libre inversión. |
| Promedio Libre Inversión | 17,41% | Tasa promedio del sistema financiero para créditos de libre inversión. |
| Tasa de Usura | 24,36% | Límite máximo legal de interés. |
Requisitos y el Velo de la Informalidad: Acceder a la Compra de Cartera en Bancolombia
Los requisitos generales que Bancolombia establece para la compra de cartera son, en apariencia, amplios: edad entre 18 y 74 años e ingresos mínimos de $1 millón para productos en modalidad de libranza. No obstante, este umbral, aunque parece bajo, excluye de facto a millones de colombianos que se desempeñan en la vasta economía informal o cuyos ingresos son variables y difíciles de certificar, una realidad que he documentado en diversas investigaciones sobre inclusión financiera.
Cuando se trata de la compra de cartera para tarjetas de crédito, la documentación requerida es específica:
- Documento de identidad vigente.
- Último extracto de la Tarjeta de Crédito o certificado bancario de la otra entidad, con una antigüedad menor a 10 días.
- Tarjeta de Crédito de Bancolombia activa y con cupo disponible.
- Formato F-842 emitido por la sucursal, completamente diligenciado y firmado.
Si la solicitud es para un crédito de consumo existente, los requisitos se multiplican y son aún más rigurosos, evidenciando una inclinación hacia perfiles de mayor formalidad:
- Certificación laboral detallada: especificando salario, tipo de contrato y antigüedad.
- Certificado de ingresos y retenciones.
- Original y copia del documento de identidad vigente.
- Certificado de la deuda que se tiene con la entidad originaria.
- Certificado bancario de la otra entidad, también con menos de 10 días de expedido.
- Formatos específicos emitidos por la sucursal física, debidamente diligenciados.
El Formato F-842, que formaliza jurídicamente el traslado de saldos, es un requisito legal que permite a Bancolombia transferir el monto de la deuda. Si no hay cupo disponible en la tarjeta de crédito existente, este documento habilita la utilización de un sobrecupo del 10%, una práctica que, si bien es conveniente para el banco, puede llevar al cliente a una falsa sensación de liberación de deuda mientras su capacidad de endeudamiento sigue siendo comprometida.
Canales y Tiempos: La Promesa de Agilidad vs. la Realidad Administrativa
Bancolombia ofrece a sus clientes tres vías para solicitar la compra de cartera: a través de su portal web, por su sucursal telefónica o presencialmente en cualquiera de sus oficinas físicas a nivel nacional. Esta multiplicidad de canales es, en principio, una ventaja, pues reconoce que distintos segmentos socioeconómicos tienen acceso y preferencia por diferentes plataformas. Sin embargo, la experiencia documentada de múltiples solicitantes, y lo que he observado en mi cubrimiento, revela una inconsistencia administrativa considerable en los tiempos de respuesta.
Mientras algunos usuarios reportan aprobaciones en tan solo 1 o 2 días, otros experimentan que el pago se refleja en la entidad de origen hasta tres días hábiles después del envío de la documentación, o al día hábil siguiente si el desembolso es directo a una cuenta de ahorros. Esta variabilidad, aunque puede atribuirse a la complejidad de cada caso, añade un elemento de incertidumbre para quien busca un alivio rápido. Además, es importante destacar que el valor mínimo para la compra de cartera de un crédito de libre inversión es de $5 millones, mientras que para una tarjeta de crédito es de apenas $100.000. Este diferencial sugiere que la entidad podría estar incentivando la consolidación de deudas más grandes, donde su margen operativo es potencialmente superior.
Beneficios Promocionados: Entre la Ventaja Real y el Marketing Financiero
Bancolombia comercializa su compra de cartera destacando cuatro beneficios principales. Sin embargo, es crucial analizar cada uno con una lupa crítica para discernir entre ventajas genuinas y lo que es, francamente, parte del estándar de mercado o un costo camuflado.
- Sin costos adicionales: Se promociona la ausencia de costo por estudio de crédito, cuota de manejo y penalización por pagos anticipados. Este es, de hecho, un beneficio tangible y una ventaja comparativa real frente a otros productos crediticios que sí suelen cargar estos conceptos. En un mercado competitivo, esto es un punto a favor para el deudor.
- Menor tasa de interés: Se afirma que la compra de cartera ofrece tasas reducidas en comparación con los créditos de libre inversión propios de Bancolombia. La tasa incluso puede disminuir si el cliente adquiere un seguro de empleado o independiente. No obstante, esta afirmación debe ser verificada individualmente; la tasa final siempre dependerá del perfil crediticio del solicitante y su categoría de riesgo, por lo que no es una promesa incondicional para todos.
- Seguro de vida obligatorio: El producto incluye una cobertura que protege el saldo pendiente de la deuda en caso de fallecimiento o incapacidad total y permanente. Además, existen opciones voluntarias que cubren el pago de algunas cuotas por desempleo, incapacidad temporal o diagnóstico de enfermedad grave, con posibles descuentos en la tasa al contratar. Aunque el seguro de vida es una protección legal, representa un costo agregado que no siempre se transparenta con la claridad necesaria en la comunicación inicial, erosionando parte del "ahorro" prometido.
- Flexibilidad de pago: Se resalta la posibilidad de realizar abonos y pagar cuotas a través de la aplicación móvil de Bancolombia. Si bien esto facilita la administración de las finanzas personales desde cualquier lugar, la realidad es que la banca moderna ha estandarizado estas funcionalidades. Por tanto, la "flexibilidad de pago" es más una característica esperada que un elemento diferenciador revolucionario.
En mi experiencia analizando productos financieros, es común que los bancos destaquen lo que el mercado ya ofrece como una "novedad". Los beneficios de la compra de cartera de Bancolombia, aunque con puntos fuertes como la ausencia de ciertos costos, deben evaluarse en el contexto de sus implicaciones totales, incluyendo el costo real de las tasas de interés y los seguros obligatorios. Las cifras revelan que, sin un análisis detallado, el "alivio" puede ser menos significativo de lo que parece en la promoción.
La Compra de Cartera: ¿Solución o Perpetuación del Ciclo de Endeudamiento?
La compra de cartera, en su esencia estructural, es un mecanismo de refinanciación pura. Su función principal es retrasar el vencimiento de las obligaciones, extender plazos y, en el mejor de los casos, reducir el monto de las cuotas mensuales. Sin embargo, no extingue la realidad subyacente del problema: el hogar colombiano sigue endeudado. He cubierto numerosos casos donde este producto, en lugar de ser una solución definitiva, perpetúa un ciclo de endeudamiento, con familias que refinancian deudas antiguas para poder afrontar nuevos gastos o simplemente para "respirar" financieramente en el corto plazo.
Durante el primer trimestre de 2025, la tasa de morosidad en tarjetas de crédito se situó en 5,6%, mientras que para créditos de libre inversión alcanzó 8,6%, según datos de TransUnion. Si bien estas cifras representan mejoras frente al mismo trimestre de 2024 (con disminuciones de 141 y 140 puntos básicos respectivamente), permanecen en niveles históricamente elevados. La compra de cartera, en este contexto, puede mitigar estas cifras de morosidad a corto plazo, creando una imagen de mejora. No obstante, genera un riesgo moral: los deudores pueden llegar a percibir que refinanciar es una solución permanente, cuando en realidad es un paliativo temporal que no aborda las causas fundamentales de su sobreendeudamiento. ¿Se ha preguntado si está realmente resolviendo el problema o solo comprando tiempo?
Contexto Macroeconómico: ¿Por Qué Bancolombia Promociona Compra de Cartera en 2025?
En mayo de 2025, la cartera de crédito en Colombia registró su primer crecimiento real positivo en 25 meses (+0,3%), con un saldo bruto de $725,3 billones y una profundización del 41,5% del PIB. Aunque este dato se presentó como una señal de recuperación económica, el crecimiento obedece, según análisis de Colcob, más a “factores técnicos como la caída de la inflación y la reducción de castigos que a un repunte firme en el otorgamiento de nuevos créditos”.
En este escenario, la compra de cartera es funcional y estratégicamente ventajosa para la banca. Permite reciclar cartera existente, reduce el riesgo de castigo de créditos deteriorados y genera ingresos por intereses sin la necesidad de realizar nuevas colocaciones de alto riesgo. Para Bancolombia, como la institución de mayor tamaño en el sistema financiero colombiano, la compra de cartera es un producto de volumen. En 2024, desembolsó montos significativos bajo este concepto, consolidándose como “una alternativa eficaz para que los colombianos reorganicen sus deudas”, según la narrativa corporativa que he escuchado en entrevistas con directivos del sector. Sin embargo, esta “eficacia” beneficia desproporcionadamente a la institución financiera: Bancolombia aprovecha los spreads (diferenciales) entre tasas de captación (depósitos) y colocación (préstamos), realiza el cobro de seguros y captura flujos de clientes que, de otra forma, podrían haber migrado a la competencia.
Impacto a Largo Plazo: La Deuda como Reflejo de Realidades Sociales
La deuda de los hogares no es un fenómeno aislado; es un espejo de realidades socioeconómicas más profundas. La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) documentó que el gasto de bolsillo en salud de los hogares asciende a $14,5 billones anuales, una cifra monumental que empuja a muchas familias a contraer deuda adicional para cubrir servicios no atendidos por un sistema de salud que muestra serias falencias. Simultáneamente, el Ministerio de Hacienda proyecta que la deuda pública de Colombia se situará entre el 57% y 59% del PIB para el cierre de 2025, con el riesgo de alcanzar el 63% si no se implementan medidas correctivas. Esta presión fiscal y la deficiencia en servicios públicos esenciales impactan directamente la capacidad de pago de los ciudadanos.
En esta compleja realidad, la compra de cartera se convierte en un mecanismo de contención temporal. Aplaza crisis crediticias individuales, sí, pero no resuelve la erosión del poder adquisitivo ni la insuficiencia de ingresos reales que caracteriza a amplios segmentos de la población. Los datos del primer semestre de 2025 muestran que la edad promedio de los deudores aumentó de 37 años en enero a 40 años en junio. Esto sugiere que personas de mayor edad están asumiendo cargas financieras adicionales, potencialmente para apoyar a familiares o para afrontar gastos médicos en un contexto económico desafiante. Para este segmento demográfico, la compra de cartera puede ser una oportunidad legítima para mejorar el flujo de caja, pero también constituye un riesgo significativo: refinanciar obligaciones en años cercanos a la jubilación puede resultar en una deuda no extinguida durante la vida productiva, comprometiendo la calidad de vida en la vejez.
Conclusiones y Recomendaciones para un Endeudamiento Consciente
La compra de cartera en Bancolombia y, por extensión, en el sistema financiero colombiano, es un producto válido en circunstancias específicas. Sin embargo, es insuficiente como una respuesta integral a la profunda crisis de endeudamiento que atraviesan los hogares. Sus requisitos, aunque estructuralmente accesibles (edad 18-74 años, ingresos desde $1 millón para libranza), excluyen de facto a vastos segmentos de la población informal y con ingresos variables, que son precisamente los más vulnerables.
La documentación exigida, especialmente los certificados laborales y bancarios con antigüedad máxima de 10 días, presupone un empleo formal y un acceso bancario previo, privilegios que no son universales en Colombia. Las tasas ofrecidas por Bancolombia (14,44% E.A. para compra de cartera frente a un 17,41% promedio de libre inversión) representan una mejora nominal, pero permanecen elevadas en un contexto histórico y continúan ejerciendo presión sobre hogares que ya operan con márgenes financieros reducidos. El seguro de vida obligatorio, aunque protector desde una perspectiva legal, añade un costo inherente que no siempre es percibido como tal por el deudor.
Lo más crítico es entender que la compra de cartera es sintomática, no curativa. Refleja una realidad en la que los hogares colombianos están endeudados más allá de su capacidad de pago real, y donde el sistema financiero ha optado por refinanciar deudas en lugar de impulsar o exigir ajustes estructurales que incrementen los ingresos reales de la población. En octubre de 2025, con una inflación persistente en 5,18%, tasas de interés del Banco de la República estancadas en 9,25% desde mayo, y una morosidad elevada aunque con ligeras mejoras, la compra de cartera continuará siendo utilizada masivamente por hogares desesperados por encontrar un "respiro" financiero. Pero sin políticas concurrentes de empleo digno, salarios justos y una viabilidad fiscal robusta, Bancolombia y el sistema financiero seguirán vendiendo un alivio que es, en última instancia, ilusorio.





