Banco Popular en 2025: Horarios y la doble cara de la digitalización forzada
CONTENIDO:
- La reconfiguración presencial: menos horas, más interrogantes
- El pulso regional: Experiencias divergentes en la geografía colombiana
- La paradoja del 24/7: Canales digitales saturados y la sombra de los problemas técnicos
- Adopción digital: Una brecha más profunda de lo que las cifras sugieren
- ¿Vale la pena visitar una agencia física en 2025? La pregunta que divide opiniones
- Conclusión: La encrucijada sin salida fácil de la banca colombiana
- Preguntas Frecuentes sobre Banco Popular en Colombia
A mitad de octubre de 2025, la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) reveló un dato contundente: el 81,5% del total de transacciones bancarias durante el primer semestre del año se ejecutaron a través de medios digitales. Los canales presenciales, por su parte, apenas movilizaron el 32% del volumen de clientes en los principales centros urbanos del país. Estas cifras, más allá de la aparente consolidación de la banca moderna, dibujan un escenario complejo para millones de colombianos que, como veremos, no siempre encuentran en la tecnología una solución equitativa.
El Banco Popular, uno de los actores fundamentales del sistema financiero nacional, encarna a la perfección esta paradoja. Su estrategia de reducción de horarios en las sucursales físicas, sumado a un énfasis marcado en las plataformas digitales, es un reflejo de una tendencia sectorial acelerada por la pandemia de COVID-19. Lo que en 2020 comenzó como una medida de emergencia para garantizar la continuidad operativa en medio del confinamiento, se ha institucionalizado en una arquitectura bancaria permanentemente modificada, con repercusiones que van más allá de la mera comodidad de hacer un clic.
La reconfiguración presencial: menos horas, más interrogantes
¿Qué significa realmente una reducción de horarios bancarios en un país con una adopción digital tan heterogénea? Desde octubre de 2025, el Banco Popular, como otras grandes entidades, ha ajustado sus operaciones de lunes a viernes en un horario reducido. La atención sabatina, que alguna vez fue un salvavidas para muchos trabajadores, ahora se limita a puntos específicos con una jornada continua que rara vez supera las 1:00 p.m. Esto no es solo un cambio administrativo; es una transformación profunda en la relación entre el banco y sus clientes.
Las instituciones financieras más grandes del país han adoptado patrones similares. Bancolombia, por ejemplo, redujo sus horarios a partir de octubre de 2025, operando de 9:00 a.m. a 4:00 p.m. en Bogotá y de 8:30 a.m. a 4:30 p.m. en el resto del territorio nacional, con algunas sucursales implementando jornada continua y otras con cierre al mediodía. Esta serie de modificaciones, avaladas incluso por la regulación recientemente expedida mediante la Circular Externa 006 de 2025 de la Superintendencia Financiera que buscaba "eliminar normas obsoletas y reducir cargas regulatorias innecesarias", han agilizado el sistema para operaciones de alto monto, pero han generado mayor fricción para trámites específicos que aún demandan intervención humana.
Las entrevistas que he realizado a usuarios en diferentes ciudades colombianas revelan que esta reconfiguración ha sido un arma de doble filo. Si bien algunos celebran la eficiencia de los canales digitales, otros se sienten desprotegidos ante la disminución de la atención personalizada, especialmente cuando surgen problemas complejos.
Un vistazo a los horarios del Banco Popular en octubre de 2025
- Lunes a viernes: La mayoría de las sucursales principales operan desde las 8:00 a.m. hasta las 4:00 p.m., aunque algunas oficinas pueden cerrar más temprano.
- Sábados: Atención muy limitada. Las pocas sedes con servicio suelen operar con jornada continua de 9:00 a.m. a 1:00 p.m.
- Atención virtual: La plataforma web y la aplicación móvil están disponibles las 24 horas, promovidas como la alternativa principal.
El pulso regional: Experiencias divergentes en la geografía colombiana
La experiencia bancaria en Colombia, lejos de ser uniforme, se fragmenta por la geografía. En Bogotá, que concentra el 32% de todas las operaciones presenciales del país, los tiempos de espera en sucursales bancarias han aumentado paradójicamente. Esto no se debe a una saturación generalizada, sino al cierre estratégico de oficinas que ha derivado en una mayor concentración de clientes en los puntos de atención restantes. Usuarios consultados en septiembre de 2025 reportaron esperas que oscilan entre 30 y 60 minutos para trámites como la apertura de cuentas o la resolución de problemas con el acceso a plataformas digitales, según Infobae.
Medellín, con un 24% de operaciones presenciales, presenta matices diferentes. La cercanía de la ciudad con innovaciones tecnológicas ha impulsado una mayor adopción de canales digitales, pero ha generado un efecto secundario: quienes aún requieren atención personalizada encuentran servicios más concentrados. Sucursales del Banco Popular en centros comerciales como Unicentro o Santafé, que operan con horarios reducidos (de 10:00 a.m. a 2:00 p.m. los fines de semana), han obligado a miles de clientes a replanificar sus rutinas.
En las ciudades costeras como Cartagena y Santa Marta, donde el acceso a la tecnología es más heterogéneo y el flujo turístico añade una capa de complejidad, el panorama es más desafiante. En Cartagena, la sucursal San Felipe en el Centro Comercial Portal de San Felipe opera con jornadas especiales, generando quejas recurrentes sobre la accesibilidad y los tiempos de espera. Usuarios de Santa Marta han expresado frustración ante la reducción de puntos de atención, un problema grave considerando que la zona rural circundante depende significativamente de los servicios financieros concentrados en la capital departamental.
Cali y el Valle del Cauca, que representan el 13% de las operaciones presenciales nacionales, no son ajenos a esta realidad. La redención digital es parcial: mientras los usuarios con alto dominio tecnológico navegan sin problemas por aplicaciones móviles y portales web, segmentos poblacionales mayores de 50 años o con menores competencias digitales continúan visitando las sucursales, generando dinámicas de espera que no existían hace apenas cinco años, según reportes de Infobae.
La paradoja del 24/7: Canales digitales saturados y la sombra de los problemas técnicos
El Banco Popular ha realizado inversiones significativas en plataformas digitales, ofreciendo acceso teóricamente continuo a una amplia gama de servicios. Su aplicación Banca Móvil, con una calificación de 4.8 de 5 estrellas en tiendas virtuales y más de 515.000 valoraciones, sugiere una adopción masiva. Sin embargo, la promesa de disponibilidad ininterrumpida ha enfrentado turbulencias que evidencian vulnerabilidades sistémicas.
Octubre de 2025 fue un mes particularmente ilustrativo para el sector. En la semana del 24 al 28, Bancolombia experimentó tres caídas significativas en sus servicios digitales, incluyendo la aplicación y los canales de transferencia, según informó La Vanguardia. Aunque estos problemas no afectaron directamente al Banco Popular, sí generaron una ola de desconfianza generalizada. Los usuarios, que habían sido impulsados a migrar hacia estos canales, se encontraron sin posibilidad de acceder a su dinero durante horas, poniendo en tela de juicio la narrativa de superioridad de la banca digital. ¿Le suena familiar esta situación, donde la tecnología que promete facilitar la vida termina por generar incertidumbre?
Más allá de las caídas de otros bancos, usuarios del Banco Popular ocasionalmente reportan mensajes de error, no solo problemas de carga sino la imposibilidad de completar operaciones críticas en la aplicación móvil. Los desafíos técnicos iniciales –errores de autenticación, incompatibilidades con ciertos proveedores de telefonía móvil, limitaciones en dispositivos– han mejorado, pero persisten inconsistencias que siembran la desconfianza. La FM, citando la Superintendencia Financiera, reportó que en 2025 las transacciones en línea representan apenas el 21,9% de todas las operaciones bancarias no presenciales, un indicador que, a pesar de la narrativa de digitalización acelerada, sugiere que una proporción sustancial de transacciones sigue canalizándose presencialmente, precisamente por estas intermitencias.
Adopción digital: Una brecha más profunda de lo que las cifras sugieren
El panorama de la adopción digital es más complejo de lo que las cifras agregadas de la SFC sugieren. Si bien las aplicaciones móviles concentran el 57,8% de las operaciones digitales en 2025, estas representan solo el 10% del monto total transado. En contraste, los portales bancarios en internet movilizan el 55% del valor operado, mientras que las oficinas presenciales, a pesar de sus horarios reducidos, continúan movilizando el 23% del monto total del sistema financiero, según Asobancaria.
Esta desconexión revela un patrón de comportamiento: los usuarios realizan operaciones de bajo valor (recargas, pagos de servicios, consultas) principalmente a través de aplicaciones móviles, pero cuando necesitan transferir montos significativos o realizar operaciones complejas, migran hacia canales web o, en última instancia, acuden presencialmente. El Banco Popular ha intentado cerrar esta brecha con funcionalidades como la generación de claves temporales para retiro en cajeros sin necesidad de tarjeta física, la apertura de cuentas digitales en 3 minutos, y la integración con sistemas como BRE-B (el nuevo sistema de pagos instantáneos del Banco de la República que comenzó operaciones en el segundo semestre de 2025), pero la adopción desigual persiste.
La pandemia de COVID-19 fue el catalizador principal de esta transformación. Un análisis de la Universidad Católica de Colombia documentó que el 90% de los bancos colombianos aceleró su transformación digital bajo las presiones del confinamiento, implementando aplicativos móviles con seguridad mejorada, chat en vivo, ampliación de líneas telefónicas y, crucialmente, educación en canales digitales. Lo que ocurrió fue más que una adopción; fue una sustitución forzada de opciones tradicionales por canales digitales sin garantizar una competencia universal en su uso.
El Banco de la República, en cifras recientes de 2025, reveló que el 79% de los usuarios aún prefiere realizar pagos en efectivo, un indicador que contrasta fuertemente con las narrativas sobre digitalización financiera total. Este dato no es una anécdota, sino el reflejo de segmentos poblacionales –adultos mayores, poblaciones rurales, usuarios de zonas sin cobertura 4G/5G– que permanecen estructuralmente excluidos de la promesa de una "banca totalmente digital".
¿Vale la pena visitar una agencia física en 2025? La pregunta que divide opiniones
Esta es la pregunta central que define la experiencia bancaria en octubre de 2025. Para el 47% de los usuarios en estudios regionales, la respuesta es categórica: canales digitales exclusivos. Para otro 41%, un modelo híbrido es óptimo. Apenas un 12% prefiere la atención exclusivamente presencial, según Canal 21 Huancayo. Sin embargo, este aparente éxito de la digitalización esconde realidades incómodas.
El mismo estudio que reporta una preferencia mayoritaria por canales digitales revela que el 38% de los usuarios considera visitar las sucursales una actividad "agotadora". Esto no es una preferencia por la eficiencia; es una resignación ante la alternativa de esperas prolongadas. De hecho, el 60% de los usuarios que enfrentan problemas bancarios aún optan por acudir presencialmente, precisamente porque temen respuestas deficientes en los canales digitales, según Finanzas Yahoo.
Para operaciones concretas, la necesidad de presencialidad persiste. Abrir una nueva cuenta, solicitar créditos, resolver discrepancias en el saldo, presentar documentación –operaciones que teóricamente son 100% digitalizables– requieren con frecuencia intervención humana. El Banco Popular ha digitalizado muchos de estos trámites, pero la confianza de los usuarios en transacciones de alto riesgo (créditos hipotecarios, inversiones) sigue demandando un contacto presencial. La Superintendencia Financiera, en su más reciente regulación, enfatizó la importancia de mantener puntos de atención física, precisamente porque reconoce que una digitalización total es impráctica para la realidad colombiana.
Conclusión: La encrucijada sin salida fácil de la banca colombiana
Octubre de 2025 registra un sistema financiero colombiano cuya transformación digital es innegable, pero profundamente desigual. El Banco Popular, como otros actores del sistema, ha logrado migrar significativamente sus operaciones hacia canales virtuales 24/7, reducir horarios presenciales y optimizar costos operativos. Las estadísticas agregadas muestran una digitalización acelerada: el 81,5% de las transacciones a través de canales digitales, aplicaciones móviles con millones de descargas y portales transaccionales sofisticados.
Pero esta narrativa de éxito tiene un reverso. Para ciudadanos en Cartagena esperando 45 minutos para hablar con un ejecutivo en una sucursal con horario limitado; para adultos mayores en Santa Marta que prefieren el efectivo porque no confían en aplicaciones que fallan sin avisar; para trabajadores en Cali que necesitaban un retiro rápido el 24 de octubre cuando los sistemas de un banco clave colapsaron, la digitalización no es sinónimo de progreso, sino de exclusión redefinida. Hemos cubierto casos donde la falta de una alternativa presencial eficiente ha dejado a personas sin acceso a su propio dinero en momentos críticos.
La pandemia de COVID-19 fue el catalizador de una transformación que era inevitable, pero que se aceleró sin los fundamentos de una inclusión real. El Banco Popular, junto con otras entidades, ha optado por la eficiencia sobre la accesibilidad, la concentración sobre la dispersión y la automatización sobre la intervención humana. En los datos fríos de octubre de 2025, esa opción puede parecer ganadora. Sin embargo, en la experiencia cotidiana de millones de colombianos, sigue siendo profundamente discutible y un reto que el sector financiero aún debe resolver.
Fuentes consultadas: Superintendencia Financiera de Colombia, Banco de la República, Asobancaria, Infobae, La Vanguardia, La FM, Canal 21 Huancayo, Finanzas Yahoo, Universidad Católica de Colombia.





